JERUSALÉN.- Casi dos tercios de la población israelí cree que su liderazgo es corrupto, reveló hoy el Índice de la Democracia 2019, un informe anual con encuestas sobre la opinión pública en asuntos claves del Estado que el Instituto para la Democracia de Israel presentó al presidente, Reuvén Rivlin.
Según la organización, que un 58% de israelíes piense que sus líderes son corruptos es «preocupante», y alerta que esta apreciación ha aumentado desde 2014, cuando solo se situaba en el 43%, lo que podría relacionarse con la impresión entre muchos de que el país está perdiendo en sus condiciones democráticas.
«Vemos una conexión entre las percepciones sobre la corrupción y las de la calidad de la democracia de Israel«, indica el informe, que concreta: «El 46,5% de aquellos que piensan que el liderazgo es corrupto también cree que la calidad de la democracia es pobre».
En un sondeo basado en consultas a 1041 ciudadanos en mayo de 2019, con un margen de error del 3,1%, 39% de ellos creen que la clase política es muy corrupta, el 19% creen que lo es «un poco», un 24% considera que lo podría ser «más o menos», un 16% opina lo contrario y un 2% declara desconocerlo.
El año pasado estuvo marcado por la sombra de corrupción que acecha al primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu. Todo ello culminó este pasado noviembre con el anuncio de la Fiscalía de que lo acusaría por cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos distintos, por los cuales pidió la inmunidad al Parlamento hace pocos días.
Rivlin, por su parte, aseguró que la situación de bloqueo político que vive el país perjudica la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y representantes.
Estos deberán volver a las urnas el próximo 2 de marzo, en lo que serán las terceras elecciones en menos de un año, después de que sus líderes no pudieran formar gobierno tras los comicios no concluyentes de abril y septiembre.
El presidente lamentó que Israel esté sujeto a un gobierno interino desde hace un año, y aseguró que sus «desafíos de seguridad, económicos, sociales y diplomáticos no reciben la atención» que tendrían en caso de haber un ejecutivo estable.
«Estamos fuera de control», dijo Rivlin, que tachó al situación actual de «peligrosa», ya que la credibilidad de los procesos electorales, el Parlamento o los partidos políticos «se ha erosionado».
Entre los judíos israelíes (80% de población), el Ejército es el más valorado y tiene la confianza del 90% de consultados. Le siguen la Oficina presidencial (70%) y el Tribunal Supremo (55%).
Pero el nivel de confianza en el Ejecutivo y la Cámara parlamentaria es reducido. Solo el 30% de encuestados se fía de estas dos instituciones, y únicamente el 14% confía en los partidos políticos. EFE
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