El fiscal brasileño del caso «Lava Jato», Deltan Dallagnol, llamó a premiar en Argentina las colaboraciones de arrepentidos para acabar con la «corrupción sistémica» que afecta al país.
En una entrevista publicada hoy en el diario La Nación, Dallagnol hizo hincapié en que la figura de los delatores fue decisiva para juzgar la macrocausa de sobornos y lavado de dinero que ha terminado salpicando a varios países latinoamericanos, pero para ello fueron necesarias leyes para protegerlos y crear un «ambiente favorable».
«Si la Argentina consiguiese construir un ambiente favorable para las colaboraciones premiadas, esa punta del ovillo puede empezar a revelar toda la trama de corrupción sistémica allí», opinó el fiscal coordinador de la fuerza de tareas encargada del «Lava Jato», en Curitiba (sur).
Sobre la posible colaboración entre las dos naciones, Dallagnol recordó que para garantizar el sistema de delatores éstos no se deben ver perjudicados por los acuerdos firmados con la Justicia, y con Argentina hubo un «impasse» porque las autoridades de ese país encuentran «dificultades» por las leyes para garantizar que las pruebas no son utilizadas contra los colaboradores.
No obstante, dijo tener noticias de que «ese obstáculo ya habría sido superado», por lo que Argentina «va a poder ahora recibir esas informaciones» que ayudarían a destapar la corrupción.
El jurista brasileño cifró en 180 los acuerdos alcanzados con arrepentidos implicados en esas operaciones de fraude, y resumió la situación en que mediante esos pactos «se cambia un pez pequeño por un pez grande o un banco de peces».
Además de los delatores, Dallagnol expuso como pilares de su modelo de investigación la coordinación entre órganos (Fiscalía, policía y fisco), la cooperación internacional y una «estrategia innovadora» de comunicación para «mantener a la población informada».
Porque es «justamente el apoyo social» lo que les da fuerza «frente a los poderosos criminales» a los que se enfrentan, comentó el jurista.
Justicia brasileña “genera impunidad”, dice coordinador de la Lava Jato
Esta estrategia les llevó, por ejemplo, a crear una página web con toda la información de la investigación, a ofrecer conferencias de prensa después de cada fase o a dar entrevistas a los medios.
El fiscal admitió que en un principio pensó que el «Lava Jato», convertido en el mayor escándalo de ese tipo de Brasil, sería «un caso más destinado al fracaso», porque su historia personal hasta ese momento era «una historia de fracasos en la lucha anticorrupción o de crímenes de cuello blanco».
Para el fiscal, la impunidad en el país suramericano «aún está ahí», y destacó que, según las estadísticas, «97 de cada 100 casos de corrupción comprobada en Brasil acaban en plena impunidad».
Acerca de la reclusión del expresidente Lula (2003-2011), acusado de recibir un apartamento de una constructora que había sido beneficiada durante su gestión, sostuvo que «la Justicia juzga hechos, no personas» y que no se juzgó si Lula «hizo un buen o mal gobierno», sino si participó en hechos de corrupción.
«En ese contexto, Lula es una persona más», remarcó Dallagnol, pero añadió que «el hecho de que alguien tan poderoso esté sujeto a la ley como todos los demás pasa un mensaje muy fuerte sobre la vigencia del Estado de derecho y el imperio de la ley».
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