PANAMÁ.- El jurista peruano y expresidente de Transparencia Internacional (TI) José Ugaz espera que el impacto causado por el Caso Odebrecht genere una nueva cultura de hacer negocios, pero recomienda estar alerta por las «lagunas de impunidad» que persisten en América Latina y también porque la corrupción «siempre va a contraatacar».
En una entrevista con Efe en la capital de Panamá, el expresidente de Transparencia Internacional, y quien acabó con la red de corrupción ejecutada en el Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) en Perú, dijo que en toda «gran crisis», como la derivada del Caso Odebrecht, «se abre una gran ventana de oportunidades».
Indicó que a raíz de la crisis política generada por el destape de los sobornos de la constructora brasileña, en Transparencia Internacional hay mucho entusiasmo con los nuevos paradigmas y prácticas a los que pueden conducir las investigaciones y procesos por este sonado caso de «gran corrupción».
«Estamos muy optimistas con la posibilidad de generar una nueva cultura para hacer negocios en la región, nuevos sistemas de inversión pública y en gran infraestructura», indicó Ugaz, quien participó en un foro anticorrupción organizado en Panamá por el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino).
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Esta renovada forma de hacer las cosas, resaltó, puede darse a través de «nuevos sistemas de compra, el involucramiento de la ciudadanía en el monitoreo de los procesos en los que estén involucradas grandes cantidades de recursos y también en la renovación de la clase política».
Odebrecht ha confesado el pago de sobornos en una docena de países de la región para supuestamente hacerse con grandes obras de infraestructura pública, en un escándalo de grandes dimensiones que ha alcanzado a altos funcionarios, políticos y empresarios, según con las investigaciones.
Para limpiar su imagen, Odebrecht pidió disculpas públicas, se comprometido a pagar multas mil millonarias a EE.UU., Brasil, Suiza y Panamá, y además adoptó en 2016 «una política de cumplimiento», por la cual «se propone perfeccionar su modelo de gobernanza».
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Ugaz señaló que los procuradores y fiscales de la región han estado «fundamentalmente» recibiendo información desde Brasil, donde las pesquisas por el caso llevan cuatro años, e indicó que el avance de las investigaciones fue un poco lenta en algunos países, lo que adjudicó a que tal «no se entendía la dimensión del problema en la complejidad que éste tenía».
Pero ahora «está circulando información muy clara sobre cuentas bancarias, testaferros, magistrados, empresarios, políticos que han ido recibiendo sobornos e involucrándose en estas prácticas de corrupción».
El jurista destacó que una herramienta «muy útil» en todas estas investigaciones ha sido la delación premiada que, manifestó, es un recurso como muchos otros «perfectamente posible, y además ético porque permite romper esquemas de impunidad».
«En el caso peruano que me tocó participar a mí de Fujimori y (Vladimiro) Montesinos, gracias a la colaboración eficaz (de esta herramienta) pudimos abrir más de 250 procesos penales contra más de 2.000 personas y se han recuperado más de 350 millones de dólares», indicó.
Pero con llevar a la cárcel a los corruptos y recuperar los fondos públicos robados «no se resuelve la corrupción, solamente se resuelve el problema del caso concreto».
Aún persisten «lagunas de impunidad» que hay que romper porque «lamentablemente han sido la tradición en nuestra región».
«Recién ahora estamos viendo que a nivel regional se está produciendo esa ruptura de impunidad y gobernantes, en casi todos los países, presidentes o expresidentes, ministros, vicepresidentes, altos funcionarios de Estado que están pagando por primera vez las consecuencias de sus actos delincuenciales», resaltó.
El expresidente de Transparencia Internacional admitió que pese a esto, se ha dado el caso de que algunos exgobernantes han reinventado su carrera política, lo cual, afirmó, da cuenta que «la corrupción, por supuesto, siempre va a contraatacar porque esa es parte de su naturaleza».
EFE/Foto internet/medios
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