Central sindical argentina llama a una huelga general el 29 de mayo

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BUENOS AIRES.- La Confederación General del Trabajo (CGT), principal central sindical de Argentina, decidió este martes convocar a una huelga general para el próximo 29 de mayo, para pedir al gobierno de Mauricio Macri un viraje en su política económica tras un año de recesión, devaluación de la moneda y alta inflación.

«Esto es, ni más ni menos, que en reclamo de que se modifique esta aceleración de la decadencia de la economía de nuestros compañeros y hogares para encontrar ese punto de reactivación y esa mirada de desarrollo de un país que tenga inclusión para todos los habitantes», expresó a la prensa Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la central, tras una reunión del consejo directivo.


Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT.

Esta será la quinta huelga general que impulsa la CGT desde la llegada de Macri a la Casa Rosada a finales de 2015, y se suma a las que otras organizaciones sindicales, como la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), con gran representación en el sector publico, ya han encabezado en otras tantas ocasiones más.

Será un paro de 24 horas sin movilización en las calles.

La decisión se da justo un día después de que representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieran con miembros de la CGT durante la cuarta visita que el organismo hace a Buenos Aires para revisar el cumplimiento del acuerdo suscrito en mayo de 2018, cuando una fuerte caída de la moneda argentina llevó a Macri a solicitar ayuda con un préstamo de 56.000 millones de dólares.

«Al FMI, los compañeros que concurrieron a la reunión le plantearon que es insostenible este nivel de endeudamiento, nivel inflacionario, de ajuste permanente que se está teniendo y que no tiene horizontes de crecimiento y de devolverle a la actividad económica condiciones que generen la dignidad de los trabajadores», remarcó Daer.

Cuando restan menos de seis meses para las elecciones presidenciales argentinas, la situación económica sigue sin enderezarse, aunque el economista Roberto Cardarelli, líder de la misión del FMI, consideró el lunes que «lo peor ha pasado» y que «el crecimiento debería mejorar y la inflación debería bajar en los próximos meses».

La economía cayó el año pasado un 2,5 % afectada por la crisis y el desempleo trepó al 9,1 % sobre finales de 2018.

Por meses, y según los últimos datos disponibles, en febrero el estimador de actividad económica cayó un 4,8 % interanual, aunque subió un leve 0,2 % en comparación con enero.

La debilidad del peso, con repentinos ciclos de abruptas caídas ante el dólar, sigue empujando la inflación, que en marzo alcanzó el 54,7 % interanual y acumuló solo en el primer trimestre del año un 11,8 %.


Carlos Acuña, el otro secretario general de la CGT, aclaró junto a Daer que la decisión tomada hoy es en «solidaridad» con lo que está sucediendo en el país.

«Para nosotros primero está la patria, en este momento no hay sector que se salve de tener problemas», sentenció, y se refirió a la división que actualmente existe en el abanico sindical.

«No tienen nada que ver la división que puede haber en el movimiento obrero (la convocatoria al paro), tiene que ver exclusivamente con lo que nos pasa a todos los argentinos», sentenció.

Daer critico que, para intentar controlar el dólar, el gobierno esté imponiendo tasas de interés «del 70 y 80 %, que a las pymes llegan al 100 %».

«Esto mata la producción, el consumo y toda la actividad económica», subrayó, para augurar que con este horizonte, lo único que se tendrá es más desocupados y «más compañeros fuera de la actividad productiva y fuera de la dignidad que genera el propio trabajo».

La última huelga general de la CGT fue en septiembre de 2018, cuando sus líderes advirtieron al Ejecutivo que si no cambiaba el rumbo económico, no habría «tregua» por parte del sindicalismo.

Más cercano en el tiempo está el paro de 24 horas impulsado por las dos facciones de la CTA, el pasado 30 de abril, que dejó 32 detenidos por ataques a autobuses y bancos y durante el que destacados dirigentes obreros alentaron por el regreso del peronismo al poder en las elecciones de octubre.

La falta de transporte fue la principal consecuencia de la protesta, con cancelaciones de prácticamente todos los vuelos nacionales e internacionales, el cierre del metro de Buenos Aires y la reducción de líneas de autobuses urbanos.

EFE/Foto: archivo CV

 

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