BOGOTÀ.- La controladora aérea, Yaneth Molina, quien mantuvo desde la torre del Aeropuerto de Rionegro el último contacto con la tripulación del avión de LAMIA, rompió su silencio tras recibir amenazas por el papel que desempeñó en la tragedia.
Pese a ese incidente protagonizada por personas desconocidas señaló que se mostró «reconfortada» por las muestras de apoyo que recibió en las últimas horas desde todos los rincones del país, con mensajes de fortaleza y acompañamiento ante el difícil momento que atraviesa.
«Nuestro trabajo es tan especial que hoy me puso en estas circunstancias de modo tiempo y lugar para enfrentarme a la crudeza de la realidad que resultó de este impase», continuó la controladora de Medellín.
Al dirigirse a sus compañeros de torre, Molina juró: «Por mi familia y por este trabajo que valoro y respeto puedo afirmar con absoluta certeza que de mi parte hice lo humanamente posible y lo técnicamente obligatorio para conservarle la vida a esos usuarios de transporte aéreo»
«Lamentablemente mis esfuerzos resultaron infructuosos por las razones que son de todos ustedes conocidas. Hoy la vida me puso en esta poco agradable situación», indicó.
«Lamentablemente por causa de mis colegas periodistas he conseguido que personas ignorantes y ajenas a este oficio y sobre todo que ignoran los procedimientos amenacen mi integridad física y mi tranquilidad personal por lo que he estado analizando soluciones», denunció la joven.
Molina concluyó con una cita de Jerome Cummings: «Un amigo es alguien quien nos conoce, pero nos ama de todas formas». (ECHA- Agencias)