Encarcelada en la prisión militar de Fort Leavenworth, en Kansas, Estados Unidos, Chelsea Manning (antes el soldado Bradley Manning), quien fuera analista de la inteligencia estadounidense en Irak y antiguo “topo” de Wikileaks, ha decidido comunicarse con el mundo exterior abriendo una cuenta en Twitter y envió su primer tuit el 3 de abril de 2015. Al día siguiente la cuenta tenía ya 30.000 seguidores, hoy ya cuenta con más de 47.000.
La cuenta está abierta a nombre de @xychelsea y la presa más famosa del mundo se ha estrenado en las redes sociales simplemente comunicándolo: “Esta es mi nueva cuenta en Twitter”. Después, ha explicado a los medios de su país que en realidad sigue teniendo prohibido el acceso a Internet, pero ahora le permiten dictar sus tuits por teléfono a la compañía de telecomunicaciones Fitzgibbon Media que, en realidad, es la que se encarga de publicarlos.
Por eso, sus siguientes tuits precisaban a los 30.000 seguidores de las primeras 24 horas: “Será difícil pero no quiero que este flujo de Twitter sea una conversación en sentido único”, “Tuitear desde la cárcel exige mucho esfuerzo y la utilización de un teléfono parea dictar #problemadelosaños90”. Se supone que, en el futuro, sus seguidores podrán encontrar en los tuits información sobre sus estados de ánimo y proyectos de futuro… aunque se trate de un futuro tan a largo plazo y, sobre todo, que cumplirán la función de evitar que le olviden.
La imagen que Chelsea Manning ha elegido para su perfil en Twitter es muy significativa. Aunque el ejército le ha permitido cambiar de género (de ahí el explícito “xy” que va delante del nombre) no le deja en cambio llevar el pelo largo, por lo que el dibujo es evidentemente la expresión de un deseo.
El miércoles 21 de agosto de 2013, el soldado estadounidense Bradley Manning -27 años cumplidos en la cárcel donde lleva cinco internado, homosexual, hijo de padres alcohólicos con una infancia difícil-, acusado de ser el autor de la fuga de más de setecientos mil documentos secretos del Pentágono y el Departamento de Estado, fue condenado en el marco del “caso Wikileaks” a 35 años de reclusión por traidor y espía, y a ser expulsado del ejército por “deshonor”.
Amnistía Internacional (AI) hizo público su apoyo a Manning asegurando que se le debía permitir “aducir que actuó en aras del interés público cuando divulgó información a Wikileaks” ya que “afirmó que creía razonablemente que estaba exponiendo violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario”, en palabras de Anne Fitzgerald, directora de Programa de Investigación y Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional.
La “traición” del soldado Manning fueron 250.000 cables diplomáticos, en su mayoría procedentes de las embajadas estadounidenses diseminadas por el mundo, y medio millón de informes militares, procedentes del Pentágono.
Denunciado al FBI por otro pirata informático, de nombre Adrian Lamo, con el que se comunicaba por correo electrónico mientras estaba destinado como analista en los servicios de inteligencia en Irak, el soldado Manning confesó desde el inicio haber enviado los documentos a Wikileaks para provocar un debate público.
Wikileaks negoció esta información con una serie de periódicos de referencia, europeos y americanos –The New York Times, The Guardian, Der Spiegel, Le Monde y El Pais– que los fueron publicando a lo largo de los siguientes meses. El primero, publicado el 18 de febrero de 2010, fue un cable emitido por la embajada estadounidense en Islandia.
Después, entre febrero de 2010 y septiembre de 2011, se divulgaron más de 250.000 despachos del Departamento de Estado, procedentes de embajadas y consulados, y fechados entre 1966 y 2010. En julio de 2010 vieron la luz cerca de 90.000 documentos relativos a la guerra en Afganistán y en octubre del mismo año otros 400.000 referidos al conflicto en Irak, entre los que había muchos informes confidenciales del Pentágono sobre abusos, torturas y asesinatos de civiles.
Finalmente, a partir de abril de 2011 se fueron publicando los informes confidenciales, redactados por los carceleros de los 779 detenidos que pasaron por las celdas de Guantánamo, revelando que la mayoría estaban detenidos sin cargos.
Una vez en la prisión, con la condena firme, el soldado consiguió permiso para someterse a la terapia hormonal que había solicitado, para cambiar de sexo, un deseo que arrastraba desde la adolescencia.
Desde abril de 2014, Bradley Manning es oficialmente Chelsea Elisabeth Manning.