SANTIAGO DE CHILE.- El fiscal de la región chilena de O’Higgins, Emiliano Arias, aplaudió hoy la prisión preventiva decretada por la justicia del país austral para un sacerdote imputado por presuntos abusos sexuales a menores y destacó que su libertad sería «un peligro para la sociedad».
«Se da (la prisión preventiva) cuando existen antecedentes que acreditan la existencia de los delitos y además hay antecedentes que importan que la libertad del imputado es un peligro para la sociedad, por el carácter de los delitos, por su reiteración, por la pena probable», explicó Arias.
El fiscal regional dijo a la salida del Juzgado de Garantía de la ciudad de Rancagua que Oscar Muñoz podría enfrentar penas de entre 2 años y 1 día y 15 años de prisión, en base a la imputación por abusos sexuales a menores y la presunta comisión del delito de estupro.
«La pena probable por delitos de abuso sexuales reiterados es de 5 años y 1 día, a lo que tenemos que sumar la pena por estupro. Acá, siendo bien beneficiosos con el imputado, el mínimo que arriesgamos es una pena que va desde los 2 años y 1 día a los 15 años», afirmó.
Muñoz, quien fue detenido este jueves en Santiago, permanecerá en prisión mientras se realiza la investigación de 180 días decretada por el juez para dilucidar si cometió los delitos por los que fue imputado este viernes.
El imputado, de 56 años, afronta una acusación de siete casos de abuso sexual y estupro contra menores, motivo por el cual se ordenó su detención y su traslado hoy a Rancagua, a unos 90 kilómetros al sur de Santiago, donde se presentó ante el tribunal para su formalización.
Arias explicó a los periodista que las víctimas de los abusos presuntamente cometidos por Muñoz guardan entre sí ciertos factores en común.
«Se trata de víctimas menores de edad, con inexperiencia sexual, que fueron atacadas sexualmente en el domicilio del imputado o del propio, mientras se encontraban al cuidado de éste, por la confianza que generó con las víctimas y los padres de las mismas», señaló.
Agregó que en todos los casos existió un abuso de confianza, al utilizar su condición de sacerdote, una «clara manipulación psicológica» y «abuso de conciencia».
«El relato de la formalización dice que el sujeto entra como guía espiritual de estos niños, que se encuentran en plena etapa de formación, y esa manera los conduce a ser objeto de gravísimos delitos de atentado sexual», indicó Arias.
Muñoz, que también fue párroco de la Iglesia Jesús de Nazareth en el sector santiaguino de Estación Central, se había autodenunciado por abusos ante la Oficina Pastoral de Denuncias y fue separado de su cargo el pasado enero, dos semanas antes de la visita a Chile del papa Francisco.
El pasado mayo, la Fiscalía abrió una investigación en su contra, tras darse a conocer los hechos que habrían afectado a cuatro menores, pero a la fecha actual los casos suman siete, ocurridos presuntamente entre 2002 y comienzos de este año.
Las víctimas tenían entre 11 y 17 años; cinco menores abusados son sobrinos del religioso, otro corresponde a uno de sus acólitos y el restante es un joven que fue abusado en Rancagua en el 2004.
Cabe señalar que Muñoz era el encargado de recibir las denuncias en el Arzobispado de Santiago sobre casos de abuso sexual en la iglesia y además era asesor directo del cardenal Ricardo Ezzati, titular del arzobispado.
En ese sentido, Arias afirmó que «al cumplir ese rol, esta personas además conocía cómo se manejaba el sistema de investigaciones canónicas al interior de la Iglesia católica».
«Él conoce qué hacer, qué no hacer, cómo manejarse, cómo poder, en definitiva, con seguridad asegurar su impunidad.», puntualizó.
Los casos de abusos sexuales han conmocionado desde hace años a la Iglesia Católica chilena y el pasado junio el Papa Francisco aceptó las renuncias de cinco obispos, luego de que 34 miembros de la Conferencia Episcopal de Chile le ofrecieron sus cargos tras ser citados al Vaticano por el pontífice.
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