SANTIAGO DE CHILE.- Un juez chileno sentenció a diversas penas de prisión a 31 agentes de la dictadura de Augusto Pinochet por secuestro calificado (desaparición) de dos hermanos detenidos en 1974, informaron hoy fuentes judiciales.
Entre los condenados por el juez especial Hernán Crisosto, de la Corte de Apelaciones de Santiago, destaca el general Manuel Contreras, exjefe de la DINA, la policía secreta de Pinochet, quien acumula 500 años de prisión tras ser condenado en decenas de juicios por violaciones a los derechos humanos.
Contreras fue sentenciado ahora a 20 años de presidio por la desaparición de Carlos y Aldo Pérez Vargas, ambos miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), un grupo que resistió con las armas a la dictadura, detenidos en Santiago el 10 y el 23 de septiembre de 1974.
También fueron condenados a 20 años otros cuatro altos oficiales de la DINA cercanos a Contreras, los brigadieres Pedro Espinoza y Miguel Krassnoff, y los coroneles Marcelo Moren y César Manríquez como autores del delito.
Otros dieciséis exagentes, entre ellos una mujer, fueron condenados a doce años de cárcel, mientras cuatro más fueron sentenciados a diez años, como autores del secuestro de Aldo Pérez.
En tanto, seis exagentes recibieron una condena de cinco años y un día, como cómplices de ambos delitos.
Carlos Pérez Vargas, un publicista de 25 años fue detenido en su oficina, en el centro de Santiago, el 10 de septiembre de 1974 y llevado a un centro de torturas en el sector santiaguino de Ñuñoa, donde fue torturado durante aproximadamente un mes, hasta que fue sacado con destino desconocido, según testimonios de supervivientes.
Al mismo cuartel fue llevado el 23 del mismo mes su hermano Aldo, un técnico electrónico de 23 años, detenido mientras convalecía de una operación de apendicitis. Tras varios días en el lugar, fue llevado a otro cuartel, llamado «Cuatro Álamos», donde desapareció.
Los agentes estaban especialmente interesados en conocer el paradero del sociólogo Dagoberto Pérez Vargas, hermano de los detenidos y alto dirigente del MIR, que fue ejecutado tras un enfrentamiento ocurrido el 15 de octubre de 1975 en Malloco, una localidad cercana a Santiago, donde la DINA sorprendió a tres miembros de la comisión política de la organización subversiva.
Dos de esos dirigentes lograron romper el cerco y escapar, Andrés Pascal Allende, sobrino del fallecido presidente Salvador Allende y Nelson Gutiérrez, este último herido.
Otros dos hermanos Pérez Vargas, Iván y Mireya, mellizos de 22 años, murieron en febrero de 1976, el primero en un enfrentamiento en el que cayeron también otro combatiente del MIR, una niña de tres años y un agente, mientras Mireya fue capturada herida de bala en ambas piernas y torturada hasta la muerte el mismo día en un cuartel de la DINA.
Los nombres de Carlos y Aldo Pérez fueron incluidos en 1975 en la llamada «Operación Colombo», un montaje de la dictadura para encubrir la desaparición de 119 opositores, llevado a cabo en coordinación con los servicios secretos de Argentina y Brasil.
En ambos países se publicaron ediciones únicas de dos periódicos en los que publicaron los nombres de las víctimas y se sostenía que se trataba de terroristas muertos en purgas internas del MIR. La prensa chilena se hizo eco del montaje bajo titulares como «Exterminados como ratas».
Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos. EFE
Imagen: elquintopoder.cl