SANTIAGO DE CHILE.- El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría (foto), criticó hoy la desigualdad económica y social que persiste en Chile y dio un espaldarazo a las reformas que impulsa la presidenta Michelle Bachelet para corregir esas inequidades.
Chile «sigue siendo una sociedad altamente desigual en cuestión de ingreso, riqueza y educación», señaló Gurría, que presentó hoy en Santiago el Estudio Económico de Chile 2015 de la OCDE, con motivo de cumplirse cinco años de la entrada de Chile a la Organización.
En ese contexto, Gurría destacó que las reformas que impulsa el Gobierno de Michelle Bachelet en materia tributaria, educativa, laboral y constitucional, permitirán «un gran beneficio para el país si se implementan de forma correcta».
El máximo representante de la OCDE se reunió con Bachelet, a quien le entregó el informe «Chile: Prioridades de políticas para un crecimiento más fuerte y equitativo» y con quien almorzó en la sede del Ejecutivo chileno.
Antes, durante la presentación del informe, Gurría resaltó la gestión económica de Chile y consideró que el país está en mejor pie que sus vecinos para enfrentar las adversidades externas.
«Felicitamos a Chile por su manejo macroeconómico. Su prudencia le permite afrontar el temporal mucho mejor que Latinoamérica», sostuvo el economista mexicano.
No obstante, llamó a Chile a disminuir su dependencia del cobre a través del desarrollo del conocimiento e innovación.
Para mantener su fortaleza, dijo, Chile deberá «expandir su economía más allá de la extracción de recursos naturales e incrementar su aporte basado en el conocimiento a las cadenas globales de valor, incluida la adopción de reformas estructurales que favorezcan la productividad».
Pese a que Chile ha mejorado los niveles de vida y reducido la pobreza en la población, aún queda mucho por hacer para asegurar que el país esté en condiciones de adentrarse «en una senda de crecimiento más sólido, inclusivo y sostenible», sentenció.
En lo coyuntural, el informe de la OCDE mantuvo su pronóstico de un crecimiento del producto interior bruto (PIB) de 2.2 % este año, concordante con las estimaciones de las autoridades y analistas locales, en tanto para el 2016 prevé una expansión del PIB del 2.6 % y del 3.3 % el 2017.
Según la OCDE, la incertidumbre más importante para Chile en el mediano es la desaceleración de China, el mayor consumidor mundial de metales, ejemplificando que una reducción del 2 % en el ritmo de crecimiento de la demanda interna en la nación asiática se traduciría en un impacto negativo de medio punto en el PIB de Chile.
El subsecretario chileno de Hacienda, Alejandro Micco, consideró el informe de la OCDE un desafío, porque «pone temas más complejos en términos de la carga administrativa, plantea el tema de la desigualdad en el que no se ha avanzado en el último tiempo y nos tenemos que hacer cargo».
«Tenemos que mejorar temas de la productividad y nos dan señales de cómo hacerlo», añadió Micco, para quien una ventaja de haber entrado en la OCDE «es que nos ponen unas varas más altas.
Michelle Bachelet (c), Heraldo Muñoz (i), reciben al secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría (d), en el Palacio de la Moneda en Santiago