TILTIL (Chile).- Diez exagentes de Pinochet condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura (1973-1990) pidieron hoy perdón en una ceremonia ecuménica celebrada en la cárcel en la que cumplen sus condenas.
Al término del acto, uno de los oficiantes, el jesuita Fernando Montes, aseguró a los periodistas que «salgo con más esperanza. Nadie de los que escuché pidió que se le rebajaran las penas, nadie pidió amnistía. Pidieron perdón».
Ello, en relación con el rechazo que la iniciativa ha despertado entre los familiares de las víctimas de la dictadura, que la ven como un montaje para conseguir beneficios carcelarios sin entregar nada a cambio.
Durante la ceremonia, los familiares se manifestaron en las afueras del penal, con pancartas y consignas en rechazo a la impunidad, y también en Santiago, con una marcha alrededor de La Moneda.
«Con seguridad no he terminado de reconciliarme con mis connacionales, pues más de alguien pudo haber quedado dolido tras mi accionar en los servicios de seguridad», dijo el exoficial del Ejército Carlos Herrera Jiménez, que cumple cadena perpetua por el asesinato, en 1982, del líder sindical Tucapel Jiménez.
«Pido ser perdonado por quienes les produje dolores en los momentos en los que participé en la implementación de políticas de seguridad pública en el gobierno militar», añadió este exagente, que ya antes ha dado señales de arrepentimiento.
Los discursos que leyeron cuatro de los diez antiguos represores que pidieron perdón fueron entregados a la prensa al término del evento.
«Ofrezco disculpas y pido ser perdonado por los dolores que pude haber causado en mis connacionales en el ejercicio de mis funciones», expresó el interno Pedro Hormazábal.
La ceremonia, a la que asistieron 96 de los 120 internos de la cárcel especial para exagentes de Pinochet, contó con la participación, además del jesuita Fernando Montes, del sacerdote defensor de los derechos humanos Mariano Puga y de algunos pastores evangélicos y la presencia de abogados de derechos humanos.
Entre los presos que pidieron perdón estuvieron también el general Raúl Iturriaga Neumann, exsubdirector de la DINA, la policía secreta de Pinochet, condenado a cadena perpetua y otras penas en varias causas por violaciones a los derechos humanos; Claudio Salazar, Basclay Zapata, Enrique Ruiz, Pedro Hormazábal, Marcelo Castro y Miguel Estay.
Un pariente del teniente Manuel Carevic, muerto por la explosión de una bomba en los años ochenta, señaló en su testimonio que la familia ha perdonado a los autores del atentado.
Enrique Ruiz es general de la Fuerza Aérea y uno de los máximos responsables del «Comando Conjunto», un órgano represivo que agrupó a miembros de todas las ramas de las fuerzas armadas y Basclay Zapata es un suboficial famoso como torturador en las cárceles secretas de la dictadura.
La cárcel de Punta Peuco, en la que cumplen condena un total de 120 exagentes de Pinochet, fue construida en 1995 a 35 kilómetros al norte de Santiago, en el municipio de Tiltil, para albergar a quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura y cuenta con condiciones especiales como canchas de tenis, terrazas para hacer asados y amplios comedores.