SANTIAGO.-La Corte Suprema de Justicia de Chile confirmó la libertad condicional de Guillermo González Betancourt, represor condenado a perpetuidad por degollar a tres profesionales durante la dictadura de Augusto Pinochet 1973-1990.
Este siniestro personaje perteneció a una asociación ilícita de la policía uniformada dedicada a la represión de opositores que en marzo de 1985 secuestro a un sociólogo, un publicista y a un profesor y los degolló horas después.
Los familiares de víctimas del régimen militar luchan para impedir que la policía de prisiones y la justicia otorguen beneficios a los criminales de lesa humanidad, pero en el Congreso no modificaron la ley que les otorgan diversas granjerías a los condenados por torturas, secuestros y asesinatos.
Guillermo González, condenado a perpetuidad por el asesinato de tres profesionales, saliò el libertad condicional, al lado del cabo Alejandro Sáez Mardones, involucrado en el degollamiento de los detenidos.
El dictamen se difundió este miércoles a sólo días de que el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, declarase que los criminales de lesa humanidad tienen «derecho a la libertad condicional», porque la ley debería ser pareja para todos, según adujo.
El controvertido fallo judicial señala que a los condenados a presidio perpetuo se les puede liberar condicionalmente si han cumplido 20 años encarcelados, han mantenido una conducta intachable en el penal en que estuvieron recluidos, aprendieron un oficio y asistieron a charlas educativas.
González, un coronel de la policía uniformada en retiro, además de estar condenado por el degollamiento en 1985 del sociólogo José Manuel Parada, el profesor a una asociación ilícita y cinco más por el robo de un vehículo de un secuestrado.
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El sargento de la policía José Fuentes Castro, condenado a perpetua por el mismo crimen, también goza de libertad condicional.
Familiares de las tres víctimas alegaron que el informe psicológico presentado por González para pedir su libertad condicional señala que el condenado «tiene insuficiente conciencia del delito y mediana conciencia del daño y mal causado…». (ECHA- Agencias)
