PEKÍN.- China afirmó hoy que Afganistán ha entrado en un nuevo punto de partida para encontrar la paz nacional tras la retirada de las tropas estadounidenses, aunque el país continúa sin aclarar si reconocerá un gobierno de los talibanes.
«La historia de Afganistán ha entrado en una nueva página tras la retirada de las tropas occidentales. Los afganos tienen ahora un nuevo punto de partida para encontrar la paz a nivel nacional y centrarse en su reconstrucción», dijo este martes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Wang Wenbin (foto) en rueda de prensa.
El portavoz agregó que la retirada de las tropas estadounidenses y sus «desenfrenadas intervenciones militares» han vuelto a demostrar que «imponer tus propios valores en otros países está condenado al fracaso».
En los últimos días, funcionario del país asiático han pedido a todas las partes que contacten con los talibanes y que les guíen «de manera activa».
Otros portavoces han asegurado que el gigante asiático desea «trabajar conjuntamente» con la comunidad internacional para «apoyar la reconstrucción pacífica» de Afganistán o que «China espera jugar un papel constructivo» a la hora de mejorar la situación del país.
Pekín mantiene su embajada operativa a la espera de que los talibanes formen un Gobierno «islámico, pero abierto e inclusivo», según otra portavoz de Exteriores, Hua Chunying, lo que sugiere que China evaluará su comportamiento antes de reconocerlos.
China ha aprovechado la coyuntura para arremeter contra la política exterior de Washington, aunque también busca proteger sus proyectos de inversiones en Asia Central y evitar la propagación del terrorismo regional.
Su prioridad es evitar verse afectada por las hostilidades en Afganistán, país con el que comparte unos 60 kilómetros de frontera en la región noroccidental de Xinjiang, zona mayoritariamente de etnia uigur en la que durante las últimas décadas se han registrado ataques de distinta índole.
Además, Pekín quiere eliminar toda amenaza al Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), ruta comercial con una inversión de 60.000 millones de dólares que conectará la ciudad de Kasghar, en Xinjiang, con el puerto paquistaní de Gwadar, según los expertos. EFE