PEKÍN.- Trabajadores de Coca-Cola han comenzado huelgas laborales en tres ciudades de China después de que la compañía anunciara una completa reestructuración de sus operaciones en este país, con la cesión de sus actividades de embotellado y distribución a otras dos empresas.
Las movilizaciones comenzaron el lunes, poco después del anuncio realizado por la multinacional, en fábricas de las urbes de Chengdu (oeste), Jilin (norte) y Chongqing (centro), y continuaban en al menos una de estas ciudades hasta este miércoles, publican hoy diversos medios chinos.
Coca-Cola anunció hace una semana que cederá sus actividades de embotellado y distribución a dos compañías franquiciadas, el conglomerado hongkonés Swire y la estatal COFCO, lo que alarmó a los trabajadores.
Sus empleados en China no conocen los detalles de los acuerdos y, al parecer, temen que los nuevos gerentes lleven a cabo una reestructuración y les despidan sin la indemnización correspondiente, como ha ocurrido en el pasado en otras fábricas.
La protesta se ha topado con la oposición de las autoridades en alguna de estas ciudades, como en la megalópolis de Chongqing, donde un gran número de agentes fue trasladado al lugar para controlar la huelga, según se puede apreciar en videos publicados en internet.
«Los agentes están agrediendo a la gente», se escucha gritar a una mujer durante una manifestación.
En fotografías que han sido difundidas en redes sociales, se puede ver a los trabajadores con grandes pancartas en las que piden que los nuevos dueños de las embotelladoras no cambien las condiciones de los empleados en al menos dos años.
La situación en las fábricas de Coca-Cola se repetía también este mes en una planta de Danone en la ciudad sureña de Cantón, después de que la firma francesa anunciara la venta de su negocio de agua embotellada en China a una compañía local.
«Los trabajadores se han enfrentado a esta situación demasiadas veces ya y han aprendido la lección. Por eso protestan», consideraba hoy Han Dongfang, director de la ONG China Labour Bulletin (CLB).
Han subrayaba en declaraciones a Efe que estos escenarios son «habituales» en el país: el antiguo empleador se va, el nuevo toma el control y los trabajadores se preocupan por sus derechos.
«Tienen miedo de ser despedidos en base a su nuevo contrato, si o cuando el nuevo empleador lleve a cabo una reestructuración. Imaginemos, por ejemplo, que Swire decide el año que viene reestructurar o cerrar alguna de las plantas más antiguas, los trabajadores son despedidos con un año de antigüedad, sin importar cuántos estuvieron en esta fábrica», apunta.
De momento, Coca-Cola China sólo ha respondido a unos pocos medios de comunicación sobre el conflicto, defendiendo que ha cumplido con la legislación y que el «marco legal» de la fábrica seguirá siendo el mismo con los nuevos propietarios.
EFE/Foto: eldiario.es