MONTEVIDEO.- La «desatención de los adultos» cuando los más jóvenes navegan en la red es el mayor riesgo en materia de ciberseguridad de los niños y adolescentes, dijo hoy en Montevideo el jefe del Departamento de Sistemas, Comunicaciones y Seguridad del Ministerio de Interior de España, Francisco Alonso.
«El principal riesgo es la desatención por parte de los adultos cuando los niños y adolescentes navegan en la red», subrayó Alonso, quien participa desde este lunes y hasta mañana en el foro «Ciberseguridad/ciberdelincuencia: protección en la Red de menores de edad«, que organizó el Centro de Formación de la Cooperación Española en Montevideo.
Alonso hizo hincapié en concienciar a los padres sobre los riesgos a los que se enfrentan sus hijos en Internet y añadió que es necesario que los referentes adultos den una «educación adecuada» a los más pequeños.
Durante su alocución, el experto del Ministerio del Interior de España enumeró una serie de recomendaciones a tener en cuenta, como prestar especial atención a los datos personales que se vuelcan a las redes y utilizar contraseñas fuertes y seguras, entre otras.
Alonso explicó que la formación de los jóvenes debe partir tanto de la casa como de la educación formal.
En ese sentido, el experto español ejemplificó con lo que sucede en su país, donde se «está intentando meter dentro de la currícula escolar asignaturas horizontales para tener una educación» sobre la materia.
En tanto, Alonso se refirió al juego virtual conocido como la «Ballena Azul», que consiste en una macabra serie de pruebas a superar que puede acabar en el suicidio como último desafío.
Sobre esto último, afirmó que este tipo de juegos son una «tendencia global» que no distingue países ni regiones.
En este sentido, aseguró que este tipo de prácticas llegaron para quedarse e incluso ya hay otras como el «Abecedario del Diablo», que es «similar» al de la Ballena Azul.
El «Abecedario del Diablo» es un juego en el que las víctimas deben recitar el abecedario seguido de una palabra por cada letra, mientras que otra persona raspa con las uñas o con objetos punzantes la piel de quien lo hace.
«Son los riesgos que denominamos como conductas peligrosas o comunidades peligrosas. Ahí la herramienta que tenemos es la educación y la observación de estos tipos de tendencias que al final repercuten en la conducta del niño y sobre su físico», sostuvo Alonso.
«Tenemos que estar vigilantes para evitarlos, pero pueden salir en cualquier momento otras tendencias similares», agregó.
La conferencia, que se llevó a cabo en el Centro de Formación de la Cooperación Española de Montevideo, estuvo coordinada por la fiscal y asesora en la Dirección General de Cooperación Jurídica Internacional del Ministerio de Justicia de España.