MADRID (España).- Un estudio de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha descubierto alrededor de 100,000 nuevos tipos de virus previamente desconocidos por la ciencia hasta ahora, lo que podría ayudar en el desarrollo de medicamentos antimicrobianos y en la protección contra hongos y parásitos dañinos para la agricultura.
Los virus son parásitos genéticos, lo que significa que deben infectar una célula viva para replicar su información genética, producir nuevos virus y completar su ciclo de infección. Algunos virus son agentes causantes de enfermedades que pueden afectar a las personas (como el coronavirus), pero la gran mayoría de los virus no hacen daño e infectan las células bacterianas, viviendo incluso dentro del organismo sin que uno se dé cuenta.
Los expertos usaron nuevas tecnologías computacionales para extraer información genética recopilada de miles de puntos de muestreo diferentes en todo el mundo (océanos, suelo o aguas residuales). Así, desarrollaron una herramienta computacional sofisticada que distingue entre el material genético de los virus de ARN y el de los anfitriones y lo utilizaron para analizar los grandes datos.
El descubrimiento permitió a los investigadores reconstruir cómo los virus sufrieron diversos procesos de aclimatación a lo largo de su desarrollo evolutivo para adaptarse a diferentes huéspedes. Al analizar sus hallazgos, los investigadores pudieron identificar virus sospechosos de infectar a varios microorganismos patógenos, lo que abrió la posibilidad de utilizar virus para controlarlos.
«El sistema que desarrollamos hace posible realizar análisis evolutivos en profundidad y comprender cómo se han desarrollado los diversos virus de ARN a lo largo de la historia evolutiva. Una de las preguntas clave en microbiología es cómo y por qué los virus transfieren genes entre ellos. Identificamos una serie de casos en los que dichos intercambios de genes permitieron que los virus infectaran nuevos organismos».
«Encontramos que los virus de ARN no son inusuales en el panorama evolutivo y, de hecho, que en algunos aspectos no son tan diferentes de los virus de ADN. Esto abre la puerta a futuras investigaciones y a una mejor comprensión de cómo se pueden aprovechar los virus para su uso en medicina y agricultura», han enfatizado los expertos.
Fuente y foto Europa Press