A la hora de buscar pareja, no nos sorprende que las mujeres, ante dos posibles candidatos, escojan al hombre más atractivo.
Sin embargo, un grupo de ranas romperían esta regla. De acuerdo a un estudio publicado en la «Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia» una rana túngara hembra es susceptible al efecto «señuelo», es decir, si se introduce a un tercer actor la rana termina escogiendo a este último en lugar de las dos opciones previas, más atractivas.
Los resultados del estudio ponen en duda los modelos de elección racional sobre los que se basan actualmente la teoría de la selección sexual. Así, el estudio sugiere que este modelo ya no serviría para explicar este tipo de decisiones en los ámbitos de apareamiento socialmente complejos.
Para detectar este efecto «señuelo» en las decisiones de apareamiento de las ranas túngaras, Amanda Lea y Mike Ryan, realizaron experimentos a través de 80 hembras túngaras, las cuáles son atraídas a las llamadas masculinas de baja frecuencia y larga duración. Ambos autores del estudio identificaron tres tipos de llamada diferentes y midieron el nivel de preferencia de las hembras por cada una, equivalentes a la elección de una pareja.
Escoger con cabeza, ¿riesgo reproductivo?
Aunque la llamada A fue la opción preferida frente a la B, las hembras fueron significativamente más propensas a escoger la opción intermedia A en presencia del «señuelo». Este efecto fue notable sin importar si el señuelo fue percibido desde un sitio específico. Los autores sugieren que en situaciones sociales complejas, las decisiones racionales podrían llevar demasiado tiempo, perdiéndose en el proceso la oportunidad de aparearse o incrementarse el riesgo de exponerse a depredadores.
Los resultados del estudio destacan la influencia que tiene el contexto cuando escoges un compañero y tienen implicaciones significativas para la comprensión científica de la selección sexual. Añade que se requerirá una mayor comprensión del papel del «señuelo» en la maximización de la aptitud. Mientras tanto, ya que este efecto se ha mostrado en humanos, estos resultados en ranas apoyarían la idea de que esta irracionalidad puede tener raíces biológicas profundas, termina el reporte de abc.es
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