AMSTERDAM (Países Bajos).- Tras cuatro años de trabajo, científicos de la Universidad de Liden han diseñado un pájaro robótico que enseña a cantar a crías de pinzones cebra, para estudiar este proceso de aprendizaje.
«Como los niños, los jóvenes pinzones cebra empiezan balbuceando. Oyen cantar a otros pájaros, lo memorizan y empiezan a practicar», explica en un comunicado Katharina Riebel, investigadora del Instituto de Biología de Leiden (IBL).
«Para investigar cuándo y cómo aprenden las aves, los investigadores han reproducido sobre todo el canto de los pájaros a través de altavoces. A veces esto se hacía en combinación con una pantalla, pero no se llegaba más allá del 2D. Sin embargo, el canto implica mucho más, como los movimientos del pico y la garganta y la postura. Quizá por eso los pájaros jóvenes aprenden peor de un altavoz que de otro pájaro».
Por eso, el grupo de investigación de Riebel desarrolló el robot RoboFinch, junto con la VU de Ámsterdam y la Freie Universität de Berlín. Empezaron por escanear e imprimir en 3D un macho adulto. Como los pájaros ven los colores de forma distinta a los humanos, la pintura que se utilizó para los robots se ajustó a cómo ven los colores los pinzones cebra. Esto hizo que el robot pareciera real a los pinzones cebra.
Con cámaras de alta velocidad, el grupo de investigación filmó y luego midió con precisión los movimientos del pico de los pinzones cebra para hacer una copia exacta. «En el centro de trabajo de la VU nos dijeron que sería todo un reto. Los picos se mueven tan rápido», dice Riebel.
«Sin embargo, al final lo consiguieron. Un logro increíble. Y además de hacer que el pájaro se mueva correctamente, ahora hemos sincronizado perfectamente varias canciones. Eso tuvo que hacerse fotograma a fotograma, así que a 120 fotogramas por segundo, se puede entender que fue muchísimo trabajo para el equipo.»
Afortunadamente, el RoboFinch tuvo un éxito inmediato entre las aves. «Los pinzones cebra suelen dudar al principio cuando experimentan algo nuevo, pero ahora se mostraron inmediatamente extremadamente curiosos», dice Judith Varkevisser, que dirigió los experimentos.
«Se sientan junto al pájaro robótico en la percha y le gorjean. Y lo que es más importante, se quedan quietos y estudian el RoboFinch cuando empieza a moverse y tocamos el canto de los pájaros. Parece que realmente escuchan al robot. Esto demuestra que podemos utilizar el RoboFinch en nuestros estudios sobre el aprendizaje vocal y si ver los movimientos implicados en el canto es importante para ello».
Este resultado positivo significa que Riebel y su equipo ya pueden juntar los distintos componentes del canto de los pájaros como si fuera un kit de construcción. «¿Queremos sólo movimiento o audio, o ponerlo todo junto? Y también intentaremos que el RoboFinch sea interactivo: entonces podrá empezar a cantar en cuanto los pájaros se posen en una percha determinada».
El estudio se publica en la revista Methods in Ecology and Evolution.
Fuente y foto Europa Press