Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha descubierto por qué los loros imitan la voz humana. De acuerdo a las conclusiones del trabajo, que los loros emulen las voces mejor que cualquier otro pájaro tiene que ver con su particular estructura cerebral.
Los loros son uno de los pocos animales considerados ‘aprendices vocales’, es decir, que son capaces de reproducir sonidos e incluso la complejidad sonora de la voz humana. Esta capacidad viene dada por una determinada estructura cerebral compartida por todos los animales con este don, como los periquitos, pero los investigadores llevaban años intentando averiguar por qué los loros mostraban mejores habilidades que otros.
Los autores del estudio han descubierto que las destacadas habilidades de los loros se explican porque su cerebro está estructurado de manera distinta y más compleja que la de cualquier otra ave con capacidad imitadora. Todos los animales ‘aprendices’ cuentan con centros definidos en el cerebro que controlan el aprendizaje vocal -los ‘núcleos’-, pero los loros tienen además lo que los científicos llaman «conchas», o anillos exteriores, que también están involucrados en las capacidades emuladoras de sonidos.
Las conchas no son un descubrimiento nuevo, de hecho hace 34 años que se tiene constancia de su existencia. Pero en investigaciones anteriores se había considerado que los anillos exteriores formaban un conjunto cerebral único con el núcleo. El presente estudio, publicado en la revista Plos One, es el primero en tratar estas dos zonas cerebrales por separado y explicar así la superioridad imitadora de los loros sobre otros animales. «Hemos tenido estas regiones ante nosotros durante años y hasta ahora no hemos sido conscientes de la importancia que tienen», comentan los investigadores en el estudio.
Para realizar la investigación se tomaron muestras cerebrales de ocho especies de loros distintas y se buscaron marcadores genéticos que se sabe que tienen un papel importante en el aprendizaje vocal; luego se compararon con los del periquito común, que, hasta ahora, había sido la única especie de ave cantora sondeada para estudiar los mecanismos de aprendizaje. De esta manera se comprobó que la estructura duplicada -mediante núcleos y conchas- en los loros es la que hace de ellos mejores imitadores que cualquier otra especie.
Pero además, también podrían ser las responsable de otros comportamientos característicos de estas aves, como que bailen al ritmo de la música. Esto es porque la mayor parte de las regiones del cerebro relacionadas con el aprendizaje vocal están en áreas en las que también se controla el movimiento.
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