Claudio Pizarro jugó con muchos brasileños, desde su época en el fútbol peruano y en la Bundesliga, pero este martes recordó con cariño a Bernardo Erli Settembrino, conocido como ‘Chiquinho’
Claudio Pizarro en la entrevista con Diego Rebagliati en Instagram para Live Movistar, evocó al brasileño que llegó a Matute al lado de los colombianos Víctor Mafla, Tressor Moreno y James Nazarith en 1999.
‘Chiquinho’ tuvo un peculiar paso por el fútbol peruano en un recorrido por varios clubes del interior del país y su llegada a un grande como Alianza Lima. De hecho, que Claudio Pizarro era también una figura cuyo resplandor empezaba a brillar.
‘Chiquinho’, pocos recuerdan, llegó al Perú para jugar por Melgar. Disputó algunos amistosos de la Copa Cervesur con la camiseta rojinegra, pero sus actuaciones no convencieron en Arequipa. Todo indicaba que regresaría a su país a jugar los torneos estaduales que siempre lo acogieron, pero se le abrió una nueva puerta: se mudó a Chimbote y firmó por Deportivo Pesquero.
Debutó el 28 de abril de ese año frente a un Sporting Cristal repleto de suplentes (los titulares concentraban para los duelos coperos contra River Plate), en la victoria por 3-0 de su escuadra.
Esa tarde reemplazó a Francesco Manassero cuando ya corrían varios minutos del segundo tiempo. Jugó frecuentemente en la volante del cuadro porteño y destacó más por la calidad de sus asistencias que por sus goles. Apenas marcó tres en su primera temporada: su estreno como goleador fue de penal ante Cristal, por la fecha 20, en la derrota de Pesquero por 3-1 en el estadio San Martín. Ese año, también le marcó a Aurich/Cañaña por el Descentralizado y a Sport Boys por la preliguilla. Con Pesquero, llegó a disputar la liguilla por el subtítulo nacional en Lima, que terminó clasificando a Alianza a la Libertadores.
‘Chiquinho’ se quedó un año más en Chimbote: en 1997, marcó seis goles más y, a pesar de sus buenas actuaciones, no pudo dar el salto a un equipo grande. Permaneció por el norte, pero en otra ciudad. Su destino para 1998 fue Chiclayo, donde el ascendido Juan Aurich lo acogió por una temporada.
En 1999, Alianza Lima puso los ojos en ese brasileño que llegó en silencio al Perú. De pronto, ‘Chiquinho’ se encontró en uno de los clubes más grandes del país, que por entonces se manejaba con orden, como bien lo señalaba el brasileño: “(…) el club tiene todas las comodidades que un jugador requiere para trabajar y desarrollarse profesionalmente. A los jugadores solo nos queda darnos íntegros en cada entrenamiento para poder corresponder de la mejor manera en la cancha”.
El día de su debut con Alianza no pudo ser mejor para Chiquinho al conseguir uno de los goles de su equipo ante el IMI de Talara En la cancha, su actuación con los íntimos fue irregular: anotó solo tres goles, los tres durante el Apertura. El primero de ellos fue en su estreno oficial ante el IMI de Talara (hizo el cuarto de la goleada 5-0 en Matute) y los otros dos fueron ante Cristal, en los dos partidos en que enfrentó al cuadro bajopontino (empate 2-2 y triunfo blanquiazul 3-2).
Esa temporada, bajo la batuta de Édgar Ospina, compartió camarín con los colombianos Tressor Moreno, Víctor Mafla y James Nazarith. ‘Chiquinho’ arrancó bien el año, fue titular habitual, pero perdió el puesto con el correr de los partidos: ante la presencia de la dupla goleadora Tressor Moreno-Claudio Pizarro, Waldir Sáenz bajó a cubrir el puesto de ‘10’ y Ospina decidió que su acompañante fuera Mafla. Ya en el Clausura, fue desplazado por la consolidación de una joven promesa, como Henry Quinteros, y por el arribo de Carlos ‘Kukín’ Flores. Jugó muy poco.
Por ello, en 2000, no le quedó más que retornar a Chiclayo. En su regreso a Aurich hizo -como nunca- once goles y se marchó dejando un recuerdo más grato.