COCTELERA es el nuevo titular de una serie de secuencias informativas en que narraremos hechos imprevisibles, ocurrencias, anécdotas de personajes reconocidos, además del ya consabido rincón del humor. Disfruta de manera amena nuestras entregas diarias porque nos debemos a ti amable seguidor.
Sumas cantadas
La maestra en clase:
Buenos días, niños. Hoy vamos a tener una prueba diferente: les voy a escribir un número en la pizarra y ustedes, a través de una canción, harán una suma y me darán el resultado escrito en la pizarra. ¿Entendieron?
-Sí. – contestan todos.
Pepito piensa: “Se me está poniendo difícil esta situación”.
– A ver Luisito, pase usted- Y la maestra escribe el número 16 en la pizarra.- Tienes 10 segundos para contestar, comienza el tiempo.
– Maestra lo tengo: 2 y 2 son 4, 4 y 2 son 6, 6 y 2 son 8 y 8, 16.
– Muy bien Luisito. A ver, Juanita.
– Mande, maestra.
La maestra escribe el numero 60 y nuevamente comienza el tic tac… Y a los 7 segundos dice Juanita:
– Maestra, lo tengo – Y comienza a cantar:- 40 y 20. 40 y 20.
– Muy bien. – Dice la maestra.
Le toca el turno a Pepito y, la maestra, con una sonrisota y cara de sobrada piensa: “Ahora sí te jodiste”, y le escribe el 23 en la pizarra. A los 9 segundos Pepito dice:
– Maestra, ¿puedo rapear?
– ¿Rapear?- Pregunta la maestra.
Y los demás niños empiezan:
– ¡Que rapee, que rapee, que rapee!
– Bien. -Dice la maestra.
Y comienza Pepito su melodía:
– La cabrona maestra me vino a joder… Con una sumatoria que debo resolver… Los dedos de mis manos, los dedos de mis pies, el pene y las bolas… ¡suman veintitrés!
De qué se ríe Papa Noel
–¿De qué se ríe tanto Papá Noel?
–…
–De las cartas de los niños pobres.
La vocación de Pepito
La maestra le propone un juego a sus alumnos:
–A ver, niños, vosotros me decís qué parte de mi cuerpo os gusta más, y yo os diré lo que vais a ser de mayores… A ver empieza tú Pedrito. ¿Qué parte de mí te gusta más?
–Pues… ¡El pelo, maestra!
–¡Muy bien! Entonces tú vas a ser peluquero. Ahora tú, Martita.
–A mí… ¡Los dientes!
–¡Ah, muy bien! Entonces tú vas a ser dentista. ¿Y tú, Pepito?
–Maestra, no hace falta… ¡Acabo de descubrir que voy a ser lechero!!!
Secretos de familia
Un chaval va a confesarse:
–Padre, quiero confesar que soy homosexual.
–¡Hijo mío!
–Sí, pero… es que además… mi hermano y mi padre también son gays.
–¡Oh, cielos!
–Y… bueno… mi primo Alberto también lo es, y…
El cura, ya un poco acalorado, le interrumpe:
–Pero, hijo mío, ¿es que en tu casa a nadie le gustan las mujeres?
Y contesta el chico:
–Bueno, sí… A mi madre…
Efectos nocivos del alcohol
En un bar, se acerca un tipo a una tipa:
–Hola, guapa. ¿Te invito a una copa?
–No, gracias, majo. El alcohol no le sienta bien a mis piernas.
–¿Se te entumecen?
–No, se me abren.
Orientales
Lee: me complé un auto.
Young: ¿Qué marca?
Lee: Alfa.
Young: Lomeo?
Lee: Lo meas y te reviento.
Infidelidad Zoofílica
Dos amigos hablando de sus mujeres:
–Pues mi mujer, yo creo que me engaña con un pollo… El otro día encontré plumas debajo de la cama.
–Pues a mí la mía me engaña con un caballo… ¡El otro día me encontré a un jinete debajo de la cama!
Paradoja temporal
Está un loco muy concentrado escribiendo algo en una hoja papel. Llega otro loco y le pregunta:
–Hola, ¿qué haces?
–Escribo una carta para mí mismo.
–Ah… ¿Y qué dice?
–No lo sé, me llega mañana.
¿En tu casa o en la mía?
Están dos borrachos en un bar a las tantas de la noche. Como es tan tarde, el bar ya tiene que cerrar, así que le dice uno al otro:
–Oye, ¿por qué no nos vamos a mi casa y seguimos allí empinando el codo un rato?
–¡Muy bien!
Salen y se ponen en marcha. Entonces el otro cambia de idea:
–Mira, mejor vamos a la mía, que está más cerca.
–¿Qué dices, hombre? La mía está mucho más cerca, ya verás.
Y siguen así discutiendo hasta que llegan a un portal:
–¿Ves como estaba la mía más cerca? ¡Ya hemos llegado!
–¿Pero qué dices? ¡Si esta es mi casa, no la tuya!
–Anda, tú estás borracho, es mi casa, copón.
–Bueno, pues hacemos esto: llamamos a la puerta y así vemos de quién es.
Llaman, y sale una señora, que grita:
–¡Muy bonito, muy bonito! ¡Los dos borrachos! ¡¡Padre e hijo!!
Dientes de leche
– ¡Pero niña! ¡Si todavía tienes los dientes de leche!
Y la niña, limpiándose:
– ¡Huy, que vergüenza!