El debut de Perú en el Mundial Rusia 2018 dejó un amargo sinsabor con la derrota ante Dinamarca, tan dolorosa y cruel, pero con la certeza de que podrá revertirse el andar mundialista ante Francia y Australia.
La selección peruana quedó colgada del estribo y no se acomodó en el bus del triunfo al caer sin que el rival fuera superior. Tan solo de repasar el trámite del partido quedan las imágenes de las ocasiones creadas pero el gol fue esquivo.
Fueron varias las situaciones, al margen del penal errado por Christian Cueva, el aroma del gol en el arco de Kasper Schmeichel se repitió hasta en cinco ocasiones. El taco de Paolo Guerrero mereció encontrar la rendija del gol pero salió fuera por poco.
El funcionamiento de la bicolor fue correcta, se jugó como si fuera un calco de las tardes más felices al mando de Ricardo Gareca. André Carrillo deslumbrante, Luis Advíncula acertado en defensa y aprobado en su desdoblamiento en ataque, Jefferson Farfán siempre al acecho mereció un abrazo de gol. Y así, se fueron sumando las ocasiones.
Dinamarca fue un adversario con oficio, duro de roer, con pensamiento fiero de ir en busca del partido con paciencia y concretar ante el mínimo error del adversario.
Y así fue, cuando Yussuf Yurary encontró la brecha, la única que la defensa peruana concedió, Pedro Gallese fue vencido en el mano a mano con el atacante vikingo. Con ese gol el equipo danés alzó con una victoria encontrada en el azar de la buena fortuna.
La suplencia de Paolo Guerrero fue una decisión del ‘Tigre’ que no se puede cuestionar. Dirán muchos que debió arrancar y ya quieren ver a Gareca estrangulado, pero ese pensamiento pudo cambiar si Paolo anota en ese taco que por poco la pelota entra.
Perú fue más que Dinamarca, por fútbol y disposición pero el gol manda. Es lo que logró el elenco de Christian Eriksen y se fue con tres puntos en el bolso y pensar en Australia, su próximo rival del Grupo C en el Mundial de Rusia 2018.
Regresamos a un Mundial después de 36 años con traspié de aporreo fatal, colgados del estribo pero la certeza de levantarnos en el camino mundialista. (Hugo Laredo Medina).
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