BOGOTÁ.- En una medida inédita en América Latina, esta semana entró en vigor el decreto impulsado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos que prohíbe la portación de armas de fuego en todo el país durante 2016.
Después de una prueba piloto en diciembre pasado, la nación redujo los asesinatos un 13% respecto del último año y ahora se convierte en el primer país de América Latina en implementar una acción de este tipo.
«Tal determinación nos debe contribuir a seguir reduciendo el delito y, principalmente, los crímenes», aseguró el mandatario.
En la primera fase del plan de prohibición de armas durante el mes de diciembre, Colombia registró (hasta el 20 de enero pasado) un descenso del 13% de asesinatos (146 muertes menos) respecto al mismo período de 2014.
Dicha medida logró abordar dos tipos de problemas: por una parte, los homicidios derivados de riñas que se cometen con armas de fuego (en muchos casos, armas con permiso reglamentario) y por otra, controló las armas ilegales que circulan en las calles.
Hasta ahora, existían permisos de portación para 500.000 armas y de tenencia para 400.000. Es decir, una autorización por cada 53 habitantes.
El decreto hará que, en los hechos, todos los permisos se vuelvan de tenencia por lo que ya no podrán llevarse por las calles, sino que sólo estarán permitidas dentro de propiedades.
Pese a los registros, lo cierto es que según el Centro de Estudios para Análisis de Conflictos (CEAC), en el país podrían existir 2,5 millones de armas al margen de la ley. Esta cifra incluye aquellas que están en manos de guerrillas, paramilitares, bandas criminales y otros grupos ilegales. (ECHA- Agencias)