BOGOTÁ (Colombia).- La situación jurídica del expresidente colombiano Álvaro Uribe tras su renuncia al Senado es objeto de una acalorada controversia política en el país en medio de la cual están las instituciones democráticas.
El exmandatario renunció el martes a la curul que ocupó en el Congreso desde el 2014, con el argumento de que es víctima de violaciones procesales de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó hace dos semanas su detención domiciliaria en el caso que le sigue por presunto fraude procesal y soborno de testigos.
Sus abogados esperan ahora que al no tener fuero de senador su caso pase a la justicia ordinaria y sea la Fiscalía la que asuma el proceso, algo que divide opiniones en el país.
De otro lado, la interrupción de su vida política deja en cierta medida acéfalo al partido de derecha Centro Democrático, fundado por él en el 2013 y acentúa las divisiones entre opositores y seguidores de quien fuera presidente de Colombia entre el 2002 y 2010.
«Un buen número de personas, arrastradas por discursos emotivos y de desprestigios de los líderes políticos, le han hecho un daño enorme a la institucionalidad», dijo a Efe la directora del programa de Gobierno de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz Yi.
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Polarización
Tras la detención de Uribe, el Centro Democrático, partido con el que hace dos años Iván Duque ganó la Presidencia, recargó baterías para defender a su máximo líder y en el país se acentuó la pelea entre uribistas y antiuribistas.
Colombia no presenciaba debates tan calientes desde la firma del acuerdo de paz con la guerrilla FARC, en el 2016, que agrandó las fisuras del país político, con el Centro Democrático en ese entonces en el papel de opositor al presidente Juan Manuel Santos (2010-2018).
«El país no ha superado totalmente los niveles de polarización de la época en la que Uribe estuvo en el poder y posteriormente (en la oposición) durante la Presidencia de Santos. Lo que está ocurriendo no es nuevo, pero esta situación puede revivir esas épocas», advirtió Muñoz.
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Burbuja de exageración
Aunque la situación del expresidente siempre tiene impacto en Colombia, hay quienes advierten que no se debe englobar a todo el país en esa discusión, especialmente en momentos en los que se enfrenta a la pandemia del coronavirus.
«Hay un juego de polarización que no concierne a todo el país porque la sociedad está en medio de una pandemia, con dificultades económicas muy graves y para muchos colombianos esto (el caso Uribe) no es necesariamente una prioridad», explicó en entrevista con Efe el profesor Yann Basset, de la facultad de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.
Para Basset, las últimas encuestas de percepción demuestran que todavía hay una fisura muy grande entre el país político y la opinión pública por la «sobreactuación» de algunos sectores que crean una burbuja sobre el caso de Uribe y exageran su impacto en la opinión pública.
Gobernabilidad de Duque
Analistas coinciden en que el mayor efecto político sin duda lo sentirán el Centro Democrático y los aportes de ese partido a la gobernabilidad del presidente Duque, que no cuenta con mayorías en el Congreso.
«Al perder a su líder máximo, la persona que garantiza la unidad y cohesión del partido, el Centro Democrático queda en una posición de fragilidad y exposición a que las fracturas internas puedan acentuarse», dijo Muñoz.
La primera mitad del mandato de Duque estuvo marcada por unas relaciones difíciles con el Congreso, profundas diferencias con la oposición y unas protestas sin precedentes en la historia reciente del Colombia, por lo que el presidente se vio en apuros para lograr la aprobación de varios de sus proyectos.
Con la renuncia de Uribe el Centro Democrático se enfrenta a la posibilidad de perder fuerza en la coalición de Gobierno, ya que entre otras cosas la justicia no ha definido si podrá ser reemplazado por alguien de su partido o se declarará la vacancia de ese escaño.
«Si el presidente Duque tenía la esperanza de sacar adelante sus iniciativas y proyectos orientados a reactivar la economía, va a tener una situación difícil. El Centro Democrático va a estar defendiendo a su líder a través de propuestas como la (convocatoria de una Asamblea) Constituyente que pueden concentrar toda la energía del partido y descuidar otras iniciativas necesarias para el país», subrayó Muñoz.
La crisis del coronavirus permitió que el Gobierno llegara a consensos con otros sectores, pero el Centro Democrático puede no contar con ese mismo apoyo en proyectos como una reforma a la justicia planteada por esa fuerza.
«Volver a poner en el centro de la mesa una propuesta como la reforma a la justicia puede generar dificultad en la coalición de Gobierno porque algunos partidos no estarían dispuestos a apoyarla necesariamente», explicó Basset.
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Efectos económicos
Para Sergio Clavijo Vergara, profesor de economía de la Universidad de los Andes, sin Uribe en el Senado Duque seguramente tendrá más problemas para sacar adelante reformas estructurales.
Clavijo recordó este miércoles en un foro de la agencia calificadora de riesgos Moody’s que el Gobierno «tuvo serios problemas en el último año para fraguar las mayorías requeridas para impulsar las reformas».
«Vamos a ver si finalizando el 2020 se alinean los astros para llegar a impulsar una reforma tributaria, una laboral y una pensional, que si bien no va a dar réditos en el corto plazo, no se puede seguir postergando por otra década», afirmó.
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Elecciones 2022
En la agenda política del país ya aparecen las elecciones presidenciales del 2022 y aunque las cartas no están sobre la mesa la situación de Uribe debe incidir en esos comicios, tal como ha sucedido en todos los celebrados en los últimos 18 años.
Para Muñoz, la ausencia de Uribe del Senado no significa que vaya a descuidar a su partido, pero las circunstancias actuales harán que la carrera en el Centro Democrático por la Presidencia sea difícil.
«La figura del expresidente ha sido decisiva en las elecciones presidenciales desde el 2002 y ha tenido mucha incidencia en los resultados electorales. A través de sus discursos ha logrado que el Centro Democrático tenga una presencia importante y ante esta situación el partido va a ser el más afectado», afirmó.
Por su parte, Basset, que también dirige el Observatorio de Proceso Electoral de la Universidad del Rosario, señaló que el horizonte todavía está lejano y con muchas incógnitas por despejar.
EFE/Klarem Valoyes Gutiérrez
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