CARTAGENA DE INDIAS.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió este viernes que los acuerdos entre su Gobierno y las FARC no son renegociables, aunque pueden ser mejorados por voluntad de las partes.
«Algunos pretenden renegociarlos en la mitad del camino. Renegociarlos después de haber sido firmados en diferentes instancias, no. Los acuerdos no son renegociables. Los acuerdos, si acaso, son susceptibles de mejorarlos a través de las discusiones», dijo al instalar un foro sobre el proceso de paz en Cartagena de Indias.
De esta manera salió así al paso de declaraciones de algunos dirigentes del partido opositor de derecha radical Centro Democrático, que dirige el ex presidente y ahora senador, Álvaro Uribe, en el sentido de que si esa colectividad gana las elecciones de 2018, se introducirán modificaciones al acuerdo.
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«Ahí está la palabra del Estado colombiano y eso es algo que la propia Constitución establece», advirtió Santos al reiterar que el acuerdo no puede ser modificado de forma unilateral por el Gobierno.
«No vamos a renegociar ni abrir la puerta para renegociar los acuerdos. Por supuesto que si podemos lograr mejoras en los acuerdos, bienvenido sea, pero tiene que ser de común acuerdo entre las partes», insistió el premio Nobel de Paz 2016.
Santos remarcó que hay personas que quieren «descarrilar» el acuerdo entre su Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y que el país debe estar atento para impedirlo.
Quien fuera el jefe del equipo negociador del Gobierno en el proceso de paz, Humberto de la Calle, propuso hace algunos días un pacto de las fuerzas políticas que respaldan el acuerdo con las FARC para defender el texto firmado de cara a las próximas elecciones presidenciales.
De la Calle planteó la iniciativa después de que el senador José Obdulio Gaviria, del Centro Democrático, afirmara que esa colectividad no respetará el acuerdo de paz si llega al poder el próximo año.
Según De la Calle, la postura de Gaviria, uno de los políticos más cercanos a Uribe, representa un serio peligro que podría frustrar el objetivo de terminar el conflicto armado que afecta a Colombia desde hace cinco décadas. (ECHA- Agencias)