El paraíso de Acapulco que inspiró a Agustín Lara para su inmortal “María Bonita”, sus bellas playas donde llegan turistas millonarios de todo el mundo, parece esfumarse paulatinamente con la guerra de los carteles de la droga y sus estremecedores ajustes de cuentas.
Mientras los narcosicarios se pelean la plaza, Acapulco mantiene todavía su atracción y fue visitada por más de medio millón de personas en la franja costera abarrotada de hoteles accesibles a todos los bolsillos, pero la violencia avanza hacia el centro como un cáncer social.
Las estadísticas señalan que el estado de Guerrero ocupa el tercer lugar en pobreza [65.2 por ciento de la población] y el primero en homicidios a nivel nacional, con la presencia de al menos 10 cárteles, cinco de “primer nivel”, convirtiendose en entidad más disputada por el crimen organizado.
Desde la última década, el estado de Guerrero es tierra de narcos y de muertos: la disputa entre el Cártel de Sinaloa del encarcelado Joaquín Guzmán Loera (a) “El Chapo” y sus rivales de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los Beltrán Leyva así como remanentes de Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana y al menos cinco organizaciones locales son la nueva amenaza.
La narcoviolencia parecía un problema remoto que se ventilaba en los estados norteños hasta que tocó las puertas del estado de Guerrero, con estadísticas escalofriantes: Desde el 2006 la guerra de la coca ha dejado cerca de 18 mil ejecuciones.
Sólo 12 de los 81 municipios son considerados zonas neutras. La ubicación geográfica de Chilapa la convierte en una de las demarcaciones más peleadas desde el 2012 por Los Ardillos y Los Rojos pues no sólo es un corredor esencial para el trasiego de drogas, también sus tierras son utilizadas para la siembra de amapola, “que precisamente acaba de terminar su primer corte del año”, de acuerdo con el Grupo de Coordinación Guerrero.
En un tercer grupo se agrupan nuevas bandas como “Los Jefes” o “Gente nueva”– diferente al que opera para el Cártel de Sinaloa, pues sólo tiene presencia en las comunidades.
La creciente ola de violencia en el municipio llevó a la implementación del “Operativo Chilapa” en enero de 2016. Un año después de que la estrategia de seguridad se puso en marcha, el Alcalde Jesús Parra García responsabilizó a las redes sociales y medios de comunicación por “inventar hechos que afectan la imagen del municipio”.
Con las recientes ejecuciones no le quedó más que reconocer que la violencia se agravó durante su administración.
En el periodo 2012-2015, Los Rojos se afianzaron en Chilapa bajo el mando de Zenén Nava Sánchez (a) “El Chaparro”, supuesto familiar de Jesús Nava Romero, (a) “El Rojo”, lugarteniente del difunto Arturo Beltrán Leyva, abatido en junio de 2013 en Puebla.
Durante esa administración se vivieron los primeros secuestros masivos, las grandes extorsiones a transportistas y comerciantes, y las brutales ejecuciones.
En 2015, con los cambios de Gobierno estatal y municipal, las cosas empeoraron. El presidente de la organización Siempre Vivos, José Díaz Navarro, asegura que el recrudecimiento de la violencia en esa zona es porque Zenén Nava, quien en enero de 2016 logró escapar luego de dos horas de enfrentamiento con las Fuerzas Armadas, estaba de regreso.
En los últimos tres años, Los Ardillos y Los Rojos, en su disputa por el territorio, han cometido ejecuciones de extrema crueldad: torturar, decapitar, descuartizar y hasta incinerar cuerpos que son arrojados en lugares públicos.
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Además, han sido responsables de la desaparición de al menos 130 personas, de acuerdo con lo reportado por el Centro de Derechos Humanos José María Morelos.
Los secuestros masivos son comunes en Zitlata y Chilapa, donde los grupos criminales irrumpen, a veces durante varios días, para después llevarse a los habitantes pese a la presencia de militares y policías estatales, denunció la ONG.
Los enfrentamientos entre ambos carteles, así como secuestros y ejecuciones contra los habitantes, han causado temor en Chilapa. Las familias prefieren no salir de sus casas a partir de las 7:00 de la noche, las escuelas son aseguradas con candados y los retenes fueron reforzados.
Ubicado en la región de Tierra Caliente, Totoloapan es, junto con Ajuchitlán, Arcelia y Coyuca, el municipio más amenazado por Los Tequileros, un grupo que se separó de La Familia Michoacana y que desde 2013 ocasionó el desplazamiento de familias enteras en al menos 16 comunidades.
El diario El Sur señala que Raibel Jacobo de Almonte, “El Tequilero”, era el sicario encargado de la plaza de la otrora poderosa La Familia Michoacana . Una vez conformada su banda, comenzó controlando la cabecera municipal de San Miguel Totolapan y algunas poblaciones rurales en la frontera del río Balsas.
En el 2016 su poder se extendió a poblaciones de los municipios de Ajuchitlán, Tlapehuala y Arcelia.
La violencia en Guerrero es generalizada por la cantidad de cárteles que se disputan la tercera entidad más pobre del país [65.2 por ciento de la población], pero además por la fallida estrategia de seguridad implementada por los gobiernos federal y estatal.
De esta manera visitar ahora Acapulco es toda una experiencia y un ejemplo de equilibrio entre el turismo y el crimen organizado.
Tostado bajo un sol inclemente la definición de contraste se reviste con otro matiz. Desde playas exclusivas donde también el gobernador del Estado reside en una mansión que le fue decomisada al Chapo Guzmán hasta las cumbres de los cerros del parque nacional El Veladero que alberga el cementerio clandestino de fosas comunes con la mejor vista de toda la bahía.
La Avenida Costera Miguel Alemán y sus extensiones conecta en su longitud las diferentes zonas tuísticas y a su vez forma una suerte de frontera invisible patrullada día y noche por el ejército, marina, Gendarmería Federal y fuerzas estatales para garantizar la seguridad del visitante e impedir que la lucha entre cárteles por la plaza de Acapulco invada el espacio turístico.
A la franja de la costa llegan turistas y en las colonias que subsisten en las faldas de los diferentes cerros más de medio millón de acapulqueños se dedican a su quehacer diario. En ambos lados el monotema de la violencia es una constante que afecta decisiones, obliga al visitante a ser precavido y afecta la economía.
De acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, Acapulco es tercera ciudad más violenta del mundo pero para el fiscal general del estado de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, un «no pasa nada diferente a lo que estaba ocurriendo antes… «lo explica todo.
Aunque concede que en el estado son asesinadas 14 personas al día y, por si hubiere dudas, a modo de explicación señala que «las víctimas son gente vinculada con el crimen organizado y los índices actuales no han rebasado los anteriores «. Es decir…