Binacional, campeón por todo lo alto…

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Muchas veces se dice que “los partidos claves se decidirán en los de vuelta». Es decir, cuando el que fue visita y cayó sin atenuantes, espera cobrarse la revancha cuando le toque ser local. Mi larga experiencia me ha permitido pensar lo contrario: el primer partido es fundamental y, con mayor razón, cuando hay un resultado tan concluyente que lleva -desde ese instante- a arquear las cejas, tocarse el mentón y pensar mil detalles. Roberto Mosquera, el entrenador del Deportivo Binacional estaba en lo cierto, pues, cuando hasta amenazó a sus dirigentes con renunciar si es que antes no jugaban ellos primeros en Juliaca la definición del título. Y lo del domingo en Matute le dio la razón: los cuatro goles que sus jugadores le anotaron al arquero seleccionado Pedro Gallese en Juliaca hace una semana fueron difíciles de remontar.

Si su entrenador uruguayo Pablo Bengoechea en los días previos sostuvo que anotando un gol cada 30 minutos (lo que hubiera llevado a ganar 3-0) y en el suplementario con uno más campeonaban, al final de la tarde limeña plomiza luego de un sol esplendoroso durante todo el día, nada de esto ocurrió. Dos no fueron suficientes y sus palabras como preámbulo de lo que sucedió en el estadio victoriano se quedaron solo en eso: en palabras. En un dolor enorme y ese sueño de abrazarse con la victoria.

¿Ganó bien Alianza? Sí ¿Fue un justo campeón Binacional? Sí. En primer lugar, porque los aliancistas fueron netos dominadores del partido. Sí considero que ese afán de buscar el tercer gol los llevó a la desesperación porque eso hace que uno se equivoque siempre ¿Si o no Federico Rodríguez? El delantero uruguayo con solo darle el frentazo a la pelota contra el piso hacía el tercero y no con lo que hizo: de mandarla arriba del travesaño. Además, de esa desesperación que mencionaría Bengoechea estuvo el detalle de abusar con los pelotazos aéreos que a nada condujeron. Y esto ocurre así cuando se obnubilan las ideas. No hubo solución y un cambio de mentalidad y por eso quedaron como subcampeones.

A estas alturas de mi columna me hago una sola pregunta: ¿Bengoechea, así como hizo ingresar de arranque en el segundo tiempo a Cruzado, no debió haber hecho lo mismo con Joazinho Arroé? Creo que sí. Si ya con Cruzado clarificó mejor su fútbol y con Arroé mucho más con pelota bien servida y siempre mirando al arco de Araujo, pero era inevitable que el tiempo tan inexorable seguía avanzando y el pensamiento de su entrenador (de hacer un gol cada 30 minutos) se perdía en la niebla de la esperanza del alargue.

Binacional salió campeón y dio la vuelta olímpica en el estadio de su rival con justicia. Ganó el campeonato Apertura con largueza. Una joven institución en la Liga, humilde, sin mayor presupuesto, aunque ayer se llevó 354 mil dólares por ser el primero de todos aunque en el último partido de la Liga1 sus delanteros recién a los 15 minutos del primer tiempo dejaron la pelota en manos de Gallese. Donald Miñán su mejor figura ni siquiera en los tiros libres -que fueron escasos- se dejó notar. Pero los cuatro goles de Juliaca, el juramento a su infortunado delantero Juan Pablo Vergara que se fue para siempre de esta vida a días de disputar estas dos finales, le dieron ese ánimo a todo el equipo para hoy estar celebrando su primera conquista profesional. Por todo lo alto.

Fotos Andina

 

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