Tras la desmovilización de las FARC los llamados “territorios liberados” en las zona cocaleras desataron una guerra cruenta entre los guerrilleros disidentes, Ejército de Liberación, Nacional´, ELN, y el Ejército Popular de Liberación, así como del Clan del Golfo o bandas como la de “Los Pelusos” que disputan su dominio.
Una de las regiones más convulsionadas es Catatumbo, en Norte del Santander, por constituir un corredor estratégico del narcotráfico, donde imperan la violencia, los “paros armados” y violación de los derechos humanos como señaló el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, los hechos que vienen ocurriendo en esta región del Norte de Santander.
Es considerada el segundo enclave de cultivos de coca del país, con 24.587 hectáreas sembradas en 2016, según la ONU, lo que se suma a la facilidad que hay para contrabandear combustible desde Venezuela.
Desde finales de 2017 se presentaba una disputa entre el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el Ejército Popular de Liberación, EPL, que finalmente se desbordo el pasado 5 de marzo ambas estructuras se declararon la guerra, que recrudeció en las últimas semanas.
“La reconfiguración de la dinámica armada en el territorio ha conllevado varios hechos de violencia con afectaciones directas sobre la población civil, generando desplazamientos forzados, amenazas, secuestros, confinamiento, restricciones a la movilidad, enfrentamientos con interposición de la población civil e impidiendo el acceso a bienes y servicios básicos como la salud y la educación”, aseguró la Defensoría del Pueblo.
El EPL basó sus acciones tratando de justificarse con la Teología de la Liberación, del el cura guerrillero Camilo Torres Restrepo, pero se desdibujó en los últimos años cuando entró de lleno al narcotráfico, de acuerdo a informes de la DEA y las fuerzas antidrogas.
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El 3 de julio de 1965, un comando del ELN ingresa a una clínica de Bucaramanga y asesinó a Florentino Amaya, guerrillero que había desertado poco tiempo antes, intensificando sus intervenciones subversivas atacando la infraestructura petrolera en inmediaciones de la ciudad de Barrancabermeja que pertenecían a la Compañía Petrolera de Texas principalmente.
El 2016 entraron abiertamente a los secuestros con dos periodistas del canal RCN en la zona del Catatumbo, seguidos de alcaldes y otras autoridades.
El EPL entra en acción
El llamado Ejército Popular de Liberación, EPL, que se declara de tendencia maoísta, se fundó en febrero de 1967, aunque no inició acciones militares sino hasta 1968 en Antioquia (regiones de Urabá y Bajo Cauca), luego se expandió a los departamentos de Córdoba y Sucre y la región del Magdalena Medio,
Tras el anuncio de su desmovilización una pequeña facción del grupo guerrillero siguió activa hasta ser considerado el tercer grupo guerrillero colombiano en tamaño, tras las FARC y el ELN, llegando a contar con 4.000 combatientes en su punto álgido.
El gobierno colombiano no considera a esta facción un grupo insurgente, sino como una organización delincuencial al mejor estilo de las bandas criminales, cuyo fin es hacerse del control de las actividades relacionadas al narcotráfico en el Catatumbo.
De acuerdo con Diego Villamizar, presidente de la Veeduría de Derechos Humanos, el EPL está negociando con el Clan del Golfo un cambio de brazalete, que le daría oxigeno a sus milicias y significaría el renacimiento del paramilitarismo en Norte de Santander.
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Además, indicó que una disidencia de las Farc está tratando de retomar el control, coincidiendo con el informe de la Fundación Ideas para la Paz, según el cual tiene conocimiento de que disidentes del frente 33 de disidentes , podrían estar encubando una alianza en Catatumbo.
Según las fuerzas de seguridad y defensa de Colombia, el EPL basa su sostenimiento en el secuestro, extorsión, abigeato y lavado de activos cada vez mayor desde el retiro de lass FARC
Clan del Golfo y otros rivales
Bajo los nombres de Clan Úsuga, Los Urabeños, Bloque Héroes de Castaño y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el ahora remozado Clan del Golfo es considerado la agrupación narcoparamilitar más grande, peligrosa y mejor estructurada del país
Es dirigido por el escurridizo Dairo Antonio Úsuga David (a) “Otoniel, un exguerrillero que no tuvo empachos para servir a los paramilitares de la ultraderecha y por quien el gobierno colombiano ofrece una recompensa de tres mil millones de pesos por su captura.
“Ese hombre es un animal, es un peligro completo. Es peligrosísimo. Él mata por matar, a niños, al que sea, no le importa” declaró el narcotraficante Daniel el ‘Loco’ Barrera, por la Policía en septiembre del 2012 y extraditado a Estados Unidos, en una frase que permite dimensionar por su alta peligrosidad.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos confirmó que el Clan Úsuga es la «única banda que realmente subsiste con una influencia a nivel nacional», mientras que otras agrupaciones mafiosas al servicio del narcotráfico han perdido terreno e influencias.
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Tras la desmovilización de las FARC, el nuevo escenario del narcotráfico se ha multiplicado con los disidentes de las FARC, contingentes del ELN y ELP, así como el Clan del Golfo y bandas delincuenciales menores, agravado con los secuestros de periodistas, en un panorama sombrío y los tambores de una narcoguerra de consecuencias impredecibles.