Estos programas pueden adoptar distintas formas: cursos de verano, talleres en instituciones o formaciones anuales, por nombrar algunos. No se limitan a enseñar los fundamentos del periodismo, sino que ponen de relieve el valor de la credibilidad de las noticias en la sociedad y fomentan la diversidad en la profesión, señala Michael Lozano, director de programas de la iniciativa CalMatters de periodismo juvenil.

El programa JCal de CalMatters –que ubica a estudiantes de secundaria de California en redacciones del estado para que reciban formación y orientación– ofrece a los jóvenes una base para una futura carrera periodística al fomentar su curiosidad y enseñarles a informar a sus comunidades, muchas de las cuales pueden carecer de información confiable.

“Es increíblemente revitalizante escuchar las ideas de los jóvenes”, dice Lozano. “Imagino que gracias a sus experiencias y a que se hacen oír sobre cuestiones de medio ambiente, temas LGBTQ+ y salud mental, vamos a empezar a ver entornos mucho más acogedores en el periodismo”.

A continuación, algunos consejos para dirigir con éxito un programa de periodismo que inspire a los jóvenes.

Diseña una currícula interesante

Para que un programa de periodismo para jóvenes tenga éxito, debe ser divertido, flexible y enfocarse en los intereses y experiencias vividas por los estudiantes. Es importante preguntar a los alumnos qué saben y qué quieren aprender.

Mientras trabajaba para Report for America, Katie Hyson dirigió un club de periodismo para alumnas de secundaria en una escuela de Florida con recursos para atender traumas. Para Hyson, dar prioridad a los intereses de los alumnos es importante para despertar su curiosidad.

“Antes que nada, tus alumnos necesitan saber que te preocupas por ellos como personas y que valoras sus fortalezas individuales”, dice Hyson, que ahora cubre justicia racial y equidad social en KPBS Public Media. “Cuando los estudiantes lo saben, devuelven la inversión”.

Al desarrollar un plan de estudios de periodismo para jóvenes, comienza con una declaración de objetivos que dé a los estudiantes una idea clara de lo que obtendrán de la experiencia. Para ello, haz encuestas y entrevistas para identificar los temas que les preocupan y los tipos de coberturas que quieren ver publicadas, y aquellos temas sobre los que preferirían no informar.

Por ejemplo, puedes desarrollar una misión que se enfoque en cubrir temas de los que se informa poco, ofrecer formación a jóvenes de comunidades desfavorecidas o fomentar el compromiso cívico y la transparencia de las instituciones.

Lozano recomienda que los estudiantes hagan una lluvia de ideas sobre qué formatos informativos les interesa aprender, por ejemplo, artículos de fondo, fotoperiodismo, podcasts o video. “No hay que limitarse a decirles que sus decisiones importan, hay que institucionalizarlas como parte del plan de estudios”, explica.

Prioriza las habilidades básicas

Un programa de periodismo para jóvenes debe priorizar brindar a los estudiantes conocimientos básicos de reportería y prácticas periodísticas éticas y profesionales. Algunos temas a destacar son la alfabetización mediática, la estructura de las historias, los fundamentos de la redacción y las técnicas de entrevista, además del trato con las fuentes.

Estos conocimientos básicos aumentan la autoconfianza de los estudiantes, afirma Lozano. “Con estas habilidades básicas se dan cuenta de que no son solo estudiantes de periodismo, sino que ya son periodistas porque ya debates sobre temas importantes para ellos a través de sus historias”.

Di a los estudiantes que ellos también tienen lo que hay que tener para ser reporteros. “Para mí era muy importante que se vieran a sí mismas como periodistas y que supieran que se les podía tomar en serio, que podían hacer preguntas y que tenían derecho a hacerlas”, señala Hyson.

Recursos y engagement

Optimiza los recursos disponibles y aquellos que puedas necesitar para garantizar el éxito del programa. Esto incluye definir el tiempo que dedicarás a los estudiantes en clase, la tecnología necesaria (acceso a internet, computadoras y software de edición), y las personas que te asistirán en la gestión del programa. Contar con mentores que guíen y revisen el trabajo resultante es esencial para asegurar el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes.

Dado que los jóvenes pueden no haber identificado aún sus pasiones, los instructores pueden mostrarles distintos tipos de periodismo y el trabajo de profesionales para ayudarlos a descubrir sus fortalezas e intereses, sugiere Hyson.

A medida que las clases progresen, considera gamificar las experiencias de aprendizaje para mantener a los estudiantes motivados. Por ejemplo, los organizadores pueden formar diferentes equipos y asignarles la tarea de crear productos informativos utilizando las técnicas aprendidas. Invitados especiales pueden evaluar los trabajos y ofrecer retroalimentación.

Mide el impacto

Hacer un seguimiento de lo que funciona y lo que no es importante para la evolución del programa.

Lozano aconseja entrevistar a los participantes y hacer encuestas para evaluar los niveles de confianza antes y después del programa educativo. Facilitar la publicación de artículos de buena calidad que los estudiantes puedan utilizar más adelante para postular a una universidad, puestos de trabajo o pasantías es otra medida del impacto.

Los programas de periodismo juvenil pueden influir en las nuevas generaciones y hacer que el sector sea más diverso y accesible, afirma Hyson. “No se trata solo de que el periodismo estudiantil o juvenil sea importante. Se trata de que hagamos que el periodismo juvenil esté disponible en lugares donde tradicionalmente no se ha ofrecido.

Lo que mueve a Lozano es la posibilidad de inspirar a futuros profesionales. “Los estudiantes de periodismo de hoy serán los líderes de las redacciones de mañana, y pensar la forma en que los jóvenes piensan ahora sobre el mundo es realmente emocionante”, afirma.


Foto de Kelly Sikkema en Unsplash.

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