La espléndida encíclica del Papa Francisco “sobre el cuidado de la Casa Común” insiste continuamente en que cada ser, por menor que sea, posee valor intrínseco y tiene algo que decirnos, además de estar siempre interconectado con todos los demás seres. Por eso merece respeto y cuidado de nuestra parte.
Estos pensamientos nos remiten al pensador que mejor pensó en Occidente un ilimitado respeto por todo lo que existe y vive: el médico sui