En esta tregua futbolística que se nos viene por culpa del coronavirus y observando por la televisión el desempeño de los equipos peruanos en la Copa Libertadores y en su previa clasificatoria donde participaron Universitario de Deportes y Sporting Cristal, la verdad es para comenzar a preocuparse. Esto mirando las próximas Eliminatorias para el Mundial Qatar 2022 y la misma Copa América si esta epidemia deja de ser pandemia. Y preocupan los rendimientos y los resultados de nuestros equipos por más que el inolvidable Johan Cruyff dijera un día que «el fútbol es un proceso que consiste en cometer errores, analizarlos y no frustrarse».
Me ubico en el pensamiento del entrenador Ricardo Gareca con este panorama nuestro. Desalentador. Nada menos que el último campeón de la Liga profesional nuestro, Binacional viene de ser goleado ¡8-0! por River Plate en Buenos Aires que se dio el lujo de perder dos penales. Alianza Lima, la otra lágrima y que es subcampeón ni de local gana en la Libertadores., Ya tiene dos derrotas por el mismo marcador (0-1 y 1-0); no tiene entrenador porque el uruguayo Pablo Bengoechea renunció la semana pasada y el comando técnico se lo han encargado a Guillermo Salas y Jaime Duarte con cero experiencia en procesos futbolísticos internacionales. Hoy, solo a sus dirigentes le falta poner avisos en los periódicos o la misma televisión con un letrero «Buscamos entrenador, enviar su CV». Su gerente deportivo Víctor Hugo Marulanda se fue a Santiago de Chile a comienzos de semana en pos de Mario Salas, de gran campaña en Sporting Cristal hace dos años y todo está en suspenso. Salas está sin equipo.
Pero lo cierto es que contando las participaciones de la ‘U’ y Cristal en la ‘pre’ Libertadores y Binacional y Alianza en la Libertadores de los 10 partidos que han jugado, solo hay tres triunfos (uno de la ‘U’, otro de Cristal y el tercero de Binacional); dos empates (ambos de la ‘U’) y cinco derrotas ( dos de Alianza, una de Binacional, una de la ‘U’ y la otra de Cristal). Los cuatro equipos peruanos solo han anotado siete goles y han recibido 19 a casi dos tantos por partido. Claro que el 0-8 de River a Binacional ha fijado ese triste récord.
No sé si Gareca tendrá los poderes mágicos de Houdini pero desde hace dos meses está siguiendo, desde el exterior, el idéntico plan que hizo con los jugadores que él considera seleccionables y que son los mismos que tuvo para el proceso que nos llevó al Mundial de Rusia 2018. Acá tiene muy poco que ver. Y para colmo aquellos jugadores que muy bien podrían estar en una nueva convocatoria, por las grandes condiciones que tienen, resultan unos indisciplinados de la gran seven. Dos nombres solamente: Jean Deza y Carlos Ascues. Como si el entrenador argentino haya adivinado que de los equipos peruanos en la Libertadores no habría casi nada qué rescatar. Y acertó.
Mirando el panorama de la Liga 1 está el arquero Carlos Cáceda (que es el tercer meta de la selección) después de Gallese y el ‘Pato’ Álvarez, aunque este último ha perdido la titularidad en Sporting Cristal por sus bajas actuaciones y hoy el dueño de ese puesto es Renato Solís, meta que promete para más adelante. Alberto Rodríguez podría estar considerado, lo mismo que Jack Durán, la gran figura del Alianza Universidad, puntero del campeonato, y una suplencia ideal en caso fallara Christian Cueva. Atención con el ‘9’ del Binacional, Marco Aldair Rodríguez. Si Miguel Trauco sigue con lesiones me inclino por mencionar al lateral de la ‘U’, Iván Santillán. De gran proyección. Es decir, solo tres nombres nuevos (Aldair Rodríguez, Jack Durán e Iván Santillán) de una lista de 22 o 24 que convoca siempre Gareca. Muy poco.
Así las cosas, resulta difícil adivinar cuál será el destino final del equipo de Gareca en esta segunda etapa con la selección, considerando el pobre panorama a elegir en el medio local. Así, de volver a confiar en los que vengan de afuera, especialmente el goleador Paolo Guerrero. A cruzar los dedos, entonces porque nos vuelva a ir bien como las Eliminatorias pasadas y, también -qué duda cabe- que se encuentre la vacuna contra el coronavirus, que el mundo cobre la serenidad y los estadios se vuelvan a poblar de los buenos aficionados que nunca fallan.
Foto EFE