Cada vez más personas están pensando en desintoxicar y limpiar sus cuerpos de impurezas por razones de salud. Pero curiosamente, algunos de los problemas más tóxicos que sufrimos son los estados mentales negativos.
Por ejemplo, las investigaciones son cada vez más contundentes respecto a los riesgos que la ira presenta para la salud. Según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, las personas que tienen menos control sobre la ira tienden a sanarse más lentamente de sus heridas. En otro estudio, los investigadores llegaron a la conclusión de que los problemas causados por la ira han sido vinculados a todas las principales causas de muerte.
Para muchas personas, los sentimientos negativos a veces se acumulan hasta llegar a niveles perturbadores. En esos momentos, necesitamos hacer una buena desintoxicación mental para eliminar las emociones nocivas, como son los celos, el estrés y la irritación, que pueden envenenar la naturaleza buena de la persona, alterar el equilibrio mental y dañar la salud.
He aquí algunos consejos útiles que he encontrado en mi práctica espiritual y que son importantes para la limpieza mental:
● No deje que el resentimiento se inflame y crezca; elimínelo con el perdón.
● Libérese del odio con el afecto y la compasión.
● Purifique las decepciones pasadas sintiendo gratitud por las cosas buenas que hay en su vida hoy.
● No practique la crueldad; en cambio, cultive la empatía y la tolerancia.
San Pablo enumera nueve ingredientes importantes que pueden ayudar a desintoxicarse de toda clase de odio. Los mismos son: paciencia, bondad, generosidad, humildad, cortesía, altruismo, buen humor, inocencia y sinceridad (1 Cor. 13:5-8). He descubierto que estas cualidades actúan como antídotos contra la ira y sus amenazas para la salud.
En los comienzos de mi práctica de la curación espiritual, fui a visitar a un hombre sin hogar que vivía temporalmente en un motel. Estaba sufriendo de angustia mental extrema e intenso miedo. Hablé con él durante un tiempo, compartiendo ideas que esperaba lo tranquilizarían y consolarían, pero lo único que logré fue que se enojara conmigo sin ninguna razón. Cuando me subí al auto para irme, cerró la puerta del vehículo sobre mi pierna.
Mientras empujaba una y otra vez dijo: “Voy a empujar esta puerta hasta romperle la pierna”. Yo simplemente me quedé quieto. Pronto soltó la puerta. Salí del auto y me senté junto a él en el estacionamiento; habló durante más de una hora. Yo lo escuché y oramos juntos. Se calmó y me dijo que necesitaba a alguien que lo escuchara y orara con él. Cuando me fui, él estaba mucho mejor.
Poco después encontró un apartamento que podía pagar y vivió allí muy feliz durante un buen tiempo. Esa experiencia me enseñó la importancia de la paciencia, el altruismo, la cortesía y la sinceridad (el fruto del Espíritu) para desintoxicarnos de situaciones dañinas.
Si usted está combatiendo la ira, los celos o el odio, o conoce a alguien que lo está haciendo, pruebe hacer una limpieza mental. Efectúe en usted mismo y en ellos una buena desintoxicación mental con humildad, paciencia, amabilidad y amor. Compruebe usted mismo cómo esto ayuda a eliminar el estrés y a obtener una mejor salud.
(Escribe: Thomas Mitchinson, experto en la relación entre el pensamiento, la espiritualidad, la salud y las tendencias en ese campo como Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Illinois, EEUU. Twitter: @TimMitchinson
Artículo publicado originalmente en Chicago Tribune, @chicagotribune).