Sí el italiano Carlo Ancelotti (65) entrenador del Real Madrid, cobra un millón de euros mensuales y gasta un dólar por cada chicle que masca cuando su equipo pasa situaciones de riesgo y hay peligro de perder; el entrenador hoy de nuestra Selección, el argentino nacionalizado peruano Óscar Ibáñez (57, con un promedio mensual de sueldo de 30 mil dólares) este martes cuando juguemos contra Venezuela -que no suele mascar chicle y sí mecerse el cabello a cada instante- se jugará uno de los partidos más cruciales de su corta carrera como director técnico.
Venezuela, como Perú, se juega también su final. A diferencia de Bolivia que aún tiene opciones (recibe a Uruguay en la terrible altura paceña, porque El Alto sigue siendo su mejor aliado) el estadio de Maturín no es una sede que marque diferencias así que la definición será estrictamente futbolística. El triunfo del último jueves sobre Bolivia no alcanza para suponer que ocurrirá lo mismo contra Venezuela. El mejor juego de Perú se difuminó esa noche con el fin del primer tiempo.
El retroceso del equipo y la falta de resto físico de jugadores con varios calendarios encima hoy resulta más que evidente con más de 30 años el promedio de edad, influyó. Perú necesita ganar. Más alternativas de las que vimos ante Bolivia no tenemos ¿Alcanzará? Es muy difícil. Pero en el hipotético caso que así ocurra, necesitamos también evitar goles. La vuelta de Carlos Zambrano sería clave. Hacerlo jugar en dupla con Renzo Garcés no sería descabellado por la complementación que ambos han alcanzado en Alianza Lima.
Sin embargo, la clave está en el mediocampo. Renato Tapia fue sobrepasado por los ligeros jugadores bolivianos (hoy mientras que nuestro promedio de edad, ya lo citamos arriba, es 30.38 el de los ‘llaneros’ es 27.5). Tapia con la pelota en los pies lució impreciso. Todo lo contrario de lo que mejor sabe hacer: el pase a los pies del compañero.
Quizás sea momento de usar otro de contención (Erick Noriega) y dejar a André Carrillo detrás del ‘9’. Esto obligaría a prescindir de Sergio Peña, un jugador cuya irregularidad desespera. La experiencia de Paolo Guerrero puede ser determinante arriba. Seguramente lo veremos chocando con los centrales venezolanos. Para que la bola no la recupere el rival rápido será fundamental que Andy Polo y Bryan Reyna estén atentos para aprovechar los espacios libres. Ojo: Perú necesita ganar. Un empate, al margen de lo que digan las matemáticas, sería como darle un Panadol a un paciente en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Sólo sirve triunfar.
Cuando las reñidas Eliminatorias sudamericanas están llegando a su fin, quedan cinco jornadas, todo indica que los seis que están arriba (Argentina, Paraguay, Colombia, Uruguay, Brasil y Ecuador) tienen el ticket de avión en la mano para enrumbar al Mundial 2026 de Estados Unidos, México y Canadá. Falta un cupo y el repechaje es el que decidirá: Perú, como ya lo hemos anotado, enfrentará en esas fechas que faltan a los que ya están clasificados y por allí sus entrenadores -como todo indica lo harán- recurrirán a jugadores de menor trajín eliminatorio actual ¿Bueno, en medio de todo, para nosotros? Quizá, pero los partidos hay que jugarlos. El de mañana es uno de ellos. Total hemos perdido hasta hoy siete contra Chile ocho y Bolivia igual aunque el bendito repechaje suena a salvavidas para terminar siendo mundialistas.