El Ermitaño

 

Indudablemente este bello y melancólico valse de la autoría de las poetisas Serafina y Joaquina Quinteras, es meritorio escucharlo. Creo, sin temor a equivocarme, que esto provocará más que lágrimas en aquellos que como el que escribe esta nota, se coloca en el supuesto del deceso de la mujer a la que se ama, de la esposa, de la compañera de toda la vida con quien se ha constituido una familia.

Serafina en este tema, con su lindo mensaje y contando con la melodía que le estampa Joaquina, nos transmite los sentires, el amor de un viudo. De ahí la designación y el titular de esta oda: “El ermitaño”, en el que repasa la ausencia del amor de su vida,  su refugiarse en la soledad e imaginativamente recordar…»te veo a todas horas buena y cariñosa dándome consuelo”…, renegar de su desgracia y convertirse en un solitario, en un ermitaño y relatar…. «Hoy solo en el silencio que invade el albergue, donde vivo triste, maldigo aquel pasado que llenó mi vida de arrepentimiento”…
Inmortaliza y exclama…»tu voz vibra en las alas del amor que trae el viento y bebo en la mañana el claro azul de tu mirar»… que precioso recuerdo de la eterna enamorada y de lo que le transmitían sus lindos ojos…

Serafina escribe… «Después que te perdí vine a saber cuánto te amaba, que sólo era feliz cuando a tu lado me encontraba, que toda mi alegría se esfumó con tu partida, que se acabó mi vida, pues mi vida fuiste tú»… ¿nostálgico no ?… apesadumbrado y abatido por el dolor de haber perdido a la amada exclama, que ya nada será igual en esta vida terrena sin su amada esposa, que es horrible el sufrimiento que padece, y le pide a Dios le otorgue su perdón y que lo lleve ante ella, para estar juntos eternamente, ese es todo su deseo.

Creo yo, que este valse grabado con la característica voz y estilo de Rafael Matallana es un clásico de nuestro acervo, también lo grabó nuestra cholita Jesús Vásquez y Delia Vallejos. Me quedo con la interpretación de Rafa, le pone bobo, y sus bajos y altos en este tema le dan un matiz muy especial a la letra y melodía.

Transcribo la letra de este nostálgico valse:

“El Ermitaño”

Hoy solo en el silencio que invade el albergue,
donde vivo triste,
maldigo aquel pasado que llenó mi vida de arrepentimiento.
Tu voz vibra en las alas del amor
que trae el viento,
y bebo en la mañana el claro azul de tu mirar.

Son vanos los esfuerzos que hace mi memoria
por borrar tu imagen,
te veo a todas horas buena y cariñosa
dándome consuelo.
No supe comprenderte y Dios te oyó
¡volaste al cielo!
Dejándome en el mundo sin mayor
anhelo que el de recordar.

Después que te perdí vine a saber cuánto te amaba,
que sólo era feliz cuando a tu lado me encontraba.
Que toda mi alegría se esfumó con tu partida,
que se acabó mi vida, pues mi vida fuiste tú.

Hoy el remordimiento no deja un instante
de acosar mi mente;
tus lágrimas vertidas, cual gotas de fuego
abrasan mi pecho.
Me he vuelto un ermitaño por el daño
que te he hecho,
y busco en el retiro un alivio a mi sufrir.

Te pido de rodillas, santa compañera
de mi vida errante,
que ruegues que termine la amargura
horrible de este sufrimiento,
para que Dios me otorgue su perdón
y que al momento,
me transporte a su
lado para eternamente estar cerca de ti.

Después que te perdí vine a saber
cuánto te amaba,
que sólo era feliz cuando a tu lado
me encontraba.
Que toda mi alegría se esfumó
con tu partida,
que se acabó mi vida, pues mi
vida fuiste tú.

 

 

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