En una columna sobre cómo entrevistar a fuentes vulnerables sin explotarlas, la especialista en ética de los medios de comunicación Kelly McBride lanzó un recordatorio: «Los reporteros tienen una obligación ética adicional cuando trabajan con personas que no conceden entrevistas de forma habitual».

Estas palabras suenan especialmente ciertas en países donde quienes hablan públicamente de algunos temas corren el riesgo de ser atacados por sus opiniones. En el sur de Asia, la religión es un tema que puede desatar una avalancha de reacciones.

Los periodistas especializados en religión se enfrentan a decisiones difíciles. Dar voz a los que tienen menos tribuna da vida a sus reportajes. Sin estos testimonios personales y relatos de testigos presenciales, el público —y los responsables políticos— no conocerían las violaciones de los derechos humanos, la opresión de las minorías vulnerables, etcétera.

Sin embargo, citar fuentes en un reportaje sobre la violencia contra los musulmanes en la India, por ejemplo, o los ataques contra los hindúes en Pakistán, podría poner vidas en peligro. ¿Qué salvaguardias existen para quienes se arriesgan a represalias por hablar?

Conceder el anonimato es una solución, dice McBride, que es editora pública de National Public Radio (NPR) y vicepresidenta senior de Poynter Institute. «Pero para que funcione, hay que hacerlo bien», señala, y cita las siguientes pautas para utilizar fuentes anónimas:

  • En pos de la transparencia, describe en el artículo cómo sabes que la fuente dice la verdad.
  • Explica por qué has concedido el anonimato y los riesgos que corre la fuente si es identificada.
  • Ten cuidado de no revelar inadvertidamente la identidad de la fuente mencionando dónde tuvo lugar la entrevista.
  • Si la historia va acompañada de una foto oculta, elimina los metadatos para evitar revelar el lugar u otra información, como la hora y la fecha.
  • A la hora de conceder el anonimato, hay que tener en cuenta todas las decisiones. La seguridad de la fuente puede depender de ello.

A McBride le gustaría que la profesión periodística estableciera directrices más formales para proteger a las fuentes vulnerables. McBride ha creado una caja de herramientas de buenas prácticas para los reporteros que trabajan con personas que necesitan protección. Entre ellas:

  • Establecer contacto: «Empezar con una conversación informal y extraoficial. Describe la historia, cuánto tiempo podría llevar el reportaje y qué tipo de preguntas es probable que hagas […] explica todos los lugares en los que aparecerá el artículo, incluido si vivirá para siempre en el sitio web de tu redacción».
  • Identificación: «Trabaja con tu editor para ofrecer a los particulares una serie de opciones sobre cómo serán identificados. Considera iniciales, segundos nombres u otras formas de dar a la fuente un nivel de privacidad».
  • Participación continua: «Cuando una fuente revele información que podría causar daño personal o vergüenza, dale la oportunidad de reformular o replantear la información si es relevante para el artículo».
  • Antes de la publicación: «Asegúrate de que la fuente sepa cuándo está previsto publicar el artículo y dónde aparecerá. Diles cómo es probable que aparezca el artículo en las distintas plataformas sociales».
  • Después de la publicación: «En cuanto el artículo esté disponible públicamente, hazles saber cómo pueden verlo o escucharlo».

En NPR, explica McBride, los editores jefes deben aprobar el uso de fuentes anónimas para garantizar que la práctica «se reserva para aquellos que realmente corren el riesgo de sufrir daños».

El Poynter Institute ofrece consejos y directrices éticas en la sección «Ética y liderazgo» de su sitio web.

Ganando confianza y acceso

Media Matters for Democracy (MMD) en Islamabad ofrece formación sobre cómo informar éticamente sobre comunidades marginadas.

Un mensaje de la página web: «Los periodistas deben ejercer la humildad para escuchar las historias de los desfavorecidos. No hay otra alternativa que pasar tiempo con aquellos sobre los que quieres informar, hacerles partícipes de tus intenciones y escuchar su conversación».

MMD ofrece los siguientes consejos para generar confianza y acceder a las poblaciones vulnerables:

  • Utilizar las relaciones existentes. Pregunta a las fuentes actuales por sus conexiones con comunidades marginadas y aprovecha su ayuda para que te presenten a nuevas fuentes dentro de esos grupos.
  • Explica tu proceso. Los periodistas pueden ganarse la confianza explicando para quién trabajan, en qué artículo están trabajando, por qué necesitan hablar con los miembros del grupo y en qué beneficiará a su artículo. Si es necesario, los riesgos deben formar parte de la conversación.
  • No seas un extraño. Si encuentras una fuente de una minoría religiosa que proporciona buena información, mantente en contacto con ella de forma regular pero segura. Si hay alguien de quien no tienes noticias desde hace tiempo, llámale.

MMD también utiliza un método llamado «Análisis Moral Sistemático» para promover la toma de decisiones éticas. Los periodistas se plantean preguntas como:

  • ¿Cumple la noticia una responsabilidad periodística?
  • ¿Es de interés público?
  • ¿Favorece alguna función de vigilancia?
  • ¿Sirve a los valores tradicionales de la información?
  • ¿Causará daños físicos, financieros o de reputación? En caso afirmativo, ¿está justificado el daño?
  • ¿Promueve la acción el bien general de la sociedad?

Una última reflexión: Al informar sobre minorías religiosas —u otros grupos vulnerables— los periodistas deben sopesar el interés público frente al daño potencial, y mostrar compasión, especialmente si las fuentes están siendo perseguidas. Piensa siempre: ¿Cuál es mi misión periodística? ¿Qué alternativas tengo? ¿Cuáles son las consecuencias previsibles? ¿Puedo defender mis acciones ante el público, mis jefes y yo mismo?

Otros recursos


Foto principal de Gabrielle Rocha Rios.

Esta artículo fue publicado originalmente como parte de la caja de herramientas para el reporteo sobre religión, producido por IJNet bajo el programa de ICFJ, Frenar la marea de la intolerancia: Una red de periodistas del sur de Asia para promover la libertad religiosa.