FARC: De vuelta a La Habana por nuevo acuerdo de paz

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Los opositores al Acuerdo de Paz con las FARC quedaron descolocados  cuando el presidente colombiano  Juan Manuel Santos anunció el retorno de las delegaciones del gobierno y las guerrillas a la Habana para introducir cambios de acuerdo a los resultados del plebiscito…sin la presencia de Álvaro Uribe.

La campaña del exprexidente Álvaro Uribe se había centrado en convocar a una especie de Mesa de Diálogo para incorporar a delegados (¿?) del NO de tal manera que virtualmente se colaba  a esta nueva etapa después de haber petardeado el primigenio Acuerdo de Paz.

Como era de esperarse, la delegación  del Gobierno, encabezado por Humberto de la Calle, y de las FARC, representada por la comitiva de Iván Marquez, coincidieron  en pronunciarse por acelerar la búsqueda de un nuevo acuerdo para terminar el conflicto interno, mientras se aprobaba el inició en La Habana una nueva ronda de conversaciones.

El pronunciamiento busca de esa manera introducir los cambios necesarios en el Acuerdo de Paz dejando de lado las discusiones bizantinas que el presidente, Juan Manuel Santos, calificó de propuestas  inviables.

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La representación gubernamental, encabezada por Humberto de la Calle, se encuentra La Habana con Iván Marquez y los representantes de las FARC   para analizar  los planteamientos presentados por los diferentes sectores que promovieron el No en el plebiscito y cuya cabeza visible es el ex presidente Álvaro Uribe y su partido, el Centro Democrático.

Paras mayores luces, se divulgó  una fotografía de la reunión en La Habana de los delegados del gobierno y el grupo rebelde, en la búsqueda de confluencias dejando de lado las poses demagógicas o utilización política de un conflicto que por más de medio siglo desangra al pueblo colombiano.

Tras obtener el Nobel de la Paz, que debió caer como baldazo de agua frìa a los termocéfalos de la ultraderecha colombiana, Santos dio por hecho que el país saldrá “más fortalecido” del nuevo proceso que “lo vamos a sacar adelante y lo vamos a implementar».

«Este revés que tuvimos en el plebiscito, convirtámoslo en una oportunidad y salgamos de aquí más fortalecidos”, pidió el mandatario, que puso de relieve que en las últimas semanas se dedicó a recoger propuestas.

“Nos hemos dedicado, yo personalmente, los ministros, los negociadores, a escuchar a todo el mundo: a escuchar a los que votaron por el Si y a escuchar a los que votaron por el No», afirmó Santos  y evaluó que “todos están a favor de la paz”.

Desde las FARC, en tanto, el jefe de la organización, Timoléon Jiménez, alias Timochenko, e Iván Marquez, titular de la delegación negociadora, destacaron la instancia de nuevas conversaciones.

“Buscando puntos de confluencia con delegación del gobierno en función de #Acuerdo ya” y “Entre todos los amantes de la paz con justicia social debemos hacer realidad #Acuerdos ya”, escribió Timochenko, en su cuenta de la red Twitter, en la que manifestó que “el ambiente es de optimismo”.

Márquez, a su turno, mostró la foto de ambas delegaciones con la leyenda: “En La Habana, Gobierno y FARC analizan puntos de vista de diversos sectores de la sociedad sobre Acuerdo de Paz”.

El ejemplo de Nelson Mandela

Juan Manuel Santos siempre estuvo interesado por los temas relacionados con la paz, lo que lo llevó a analizar los distintos procesos que se han hecho en otros países, en especial el relacionado con Sudáfrica y el papel que desempeñó en él la emblemática figura de Nelson Mandela.

El mismo Santos recuerda que algo que marcó su postura frente a la salida negociada fue una cumbre en la que participó Adam Kahane, un experto en resolución de conflictos que ayudó activamente en el proceso de paz en Sudáfrica. Esta reunión se hizo a instancias de la Fundación Buen Gobierno, en 1996.

https://www.youtube.com/watch?v=9NVg3NnGywE

Un año después, y tras esta cita, se realizó en Antioquia otro encuentro de líderes nacionales para pensar al país hacia el futuro. De allí nació ‘Destino Colombia’, un documento en el que se vislumbran varios escenarios para acabar con la conflictividad.

Uno de ellos habla del fortalecimiento de la Fuerza Pública para reducir al máximo a las guerrillas para que luego se vean obligadas a negociar su desarme.

Eso fue, precisamente, lo que Santos ejecutó y  vio los resultados. En 1998, en su primera aspiración oficial a la Presidencia en las huestes del Partido Liberal, su bandera política fue alcanzar la paz a través del diálogo.

Mientras se intentó negociar en la zona de despeje del Caguán, el último proceso fracasado con las Farc, el entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002) sentó las bases para el fortalecimiento militar con el Plan Colombia, programa de cooperación financiado por Estados Unidos.

Por otro lado se debe recordar que los frutos de este proceso se vieron durante la administración de Álvaro Uribe (2002-2010), quien tuvo a Santos como ministro de Defensa y llevó a las Farc a una reducción histórica en su capacidad ofensiva .

Destino Colombia

Consciente de este momento histórico, resultado del esfuerzo del Estado para recuperar la institucionalidad –y cuyo panorama parecía calcado del ejercicio del que nació ‘Destino Colombia’–, Santos abrió la puerta al diálogo para ponerle punto final al conflicto interno y comenzar a reconocer a las víctimas del mismo, para transformar realmente al país.

A los 65 años de edad, Santos logró un objetivo que se trazó prácticamente desde que se inició en la vida pública, tanto de funcionario como de periodista. Fue el primer ministro de Comercio del país, pero también ministro de Defensa durante el gobierno de Uribe, cargo que le permitió propinar contundentes golpes a las Farc.

Con ironía, Santos declaró que tras salir de la Casa de Nariño se quiere dedicar a la docencia y no quiere molestar a su sucesor.

Las propuestas inviables

El diario estadounidense, The New York Times, insospechable de cualquier veleidad marxista,  acusó al expresidente  Álvaro Uribe de ser “el hombre que bloquea la paz en Colombia” y la guerrilla asegura que su propuesta de una “mesa técnica” sólo quiere abrir la campaña electoral del ex presidente.

En ese sentido, Juan Manuel Santos aseguró que hay propuestas que pueden mejorar el acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero sostuvo que otras iniciativas, como anular el sistema de justicia transicional, propuesta por Alvaro Uribe, son inviables.

El  jefe máximo del opositor Centro Democrático sugirió crear una mesa en la que participe el gobierno, la guerrilla colombiana y los voceros del No para sacar adelante las negociaciones por la paz.

Asimismo  Uribe insistió en el diario The Wall Street Journal una renegociación del reciente acuerdo para garantizar que, entre otros temas, no haya impunidad para los cabecillas de las FARC.

FARC: Nada con Uribe

Si bien el gobierno de Santos había autorizado una reunión entre los impulsores del No y las FARC, la guerrilla rechazó la posibilidad del encuentro y ratificó que la mesa de negociaciones está compuesta por ese grupo y el gobierno colombiano.

“El presidente es Juan Manuel Santos. Hay que escuchar, pero no legitimar a saboteadores”, dijo en referencia a Uribe Antonio Muñoz, alias Pastor Alape, uno de los negociadores plenipotenciarios de las FARC.

A su vez, recordó que el diario The New York Times acusó en un editorial publicado la semana pasada a Uribe de ser “El hombre que bloquea la paz en Colombia”.

Mesa de tres patas

En una declaración en la que su partido insistió en el “Pacto Nacional” para alentar el acuerdo de La Habana, Uribe pidió formalizar en el Congreso un “Gran Acuerdo Nacional” con una mesa técnica de tres patas: el gobierno, las FARC y los partidarios del No.

El jefe guerrillero Alape respondió que la propuesta de mesa técnica es incoherente y “su verdadero objetivo es dilatar y abrir la campaña electoral del saboteador señalado por el New York Times”.

Álvaro Uribe publicó una nota de opinión en el conservador The Wall Street Journal donde menciona que de haberse aprobado el acuerdo del gobierno con la guerrilla, se habría reemplazado el sistema judicial de Colombia con un tribunal por separado, diseñado para las necesidades de las FARC y con el fin de garantizar la impunidad de sus crímenes de guerra.

https://www.youtube.com/watch?v=MT6dVYJHgdw

“Los guerrilleros de base que no sean responsables de crímenes atroces podrían recibir una amnistía, pero los cabecillas de las FARC que han cometido crímenes de guerra y violaciones atroces de los derechos humanos deben ser castigados”, afirmó Uribe en su artículo titulado “No hay manera de negociar con narcoterroristas”.

Además de llevar ante la justicia ordinaria a los cabecillas de la guerrilla que sean culpables de crímenes de guerra, Uribe insistió en que es necesario que se les quite por completo el privilegio de optar por cargos públicos.

También remarcó la necesidad de que las FARC renuncien a la `presunta  fortuna que sacaron con el comercio de drogas y que esos montos sean destinados a ayudar a las víctimas de su violencia.

“Sólo con estos cambios se puede garantizar que Colombia no caerá presa del populismo socialista apoyado por Venezuela que han avanzado las FARC y sus aliados”, agregó el actual senador Uribe para entusiasmo de la ultraderecha.

No obstante dijo dijo que la paz todavía puede lograrse “con profundos y necesarios cambios que han pedido millones de colombianos”, en alusión al ajustado triunfo del No en el plebiscito, que tuvo un nivel de abstención del 67 por ciento de los colombianos habilitados para votar.

Por último, la reunión entre una delegación del Centro Democrático y el jurista Enrique Santiago, abogado de las FARC, para tratar el acuerdo con la guerrilla, fue suspendida.

En el encuentro, la delegación uribista debía exponer sus propuestas para modificar el acuerdo de paz con las FARC que fue rechazado en el plebiscito del 2 de octubre y en el que el Centro Democrático fue el principal vocero por el No.

Uno de los negociadores de las FARC, Félix Antonio Muñoz, alias Pastor Alape, dijo en Twitter que la mesa de negociaciones “está compuesta por el Gobierno” y esa guerrilla.

La propuesta de Álvaro Uribe es propia de los vencedores de la guerra,  es decir la imposición sin condiciones al enemigo derrotado, olvidando por decir lo menos que el gobierno buscó este Acuerdo de Paz ante la imposibilidad de acabar con un conflicto de 54 años y el desangramiento del pueblo colombiano.

Con ese criterio Nelson Mandela no habría firmado ningún acuerdo de paz con los dirigentes racistas del Apartheid que perpetraron innumerables violaciones a los derechos humanos.

https://www.youtube.com/watch?v=USeps3efcJc

 

 

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