Cada vez son más los medios de comunicación que incorporan la opción de escuchar los artículos para que el material llegue a más personas, y con ello se ha ampliado el debate acerca de las mejores herramientas para una comunicación accesible a todo tipo de público.
El diario Folha de São Paulo fue pionero en Brasil entre los periódicos de gran tirada, ofreciendo el servicio de audiotexto desde 2015. «Al principio solo estaba disponible en la versión de escritorio, luego, por supuesto, también pasó a móvil», cuenta Camila Marques, responsable de las estrategias digitales del Folha.
Para Marques, antes de decidir introducir la función, el periódico pensó en dos cuestiones: usabilidad y accesibilidad. «Era una función interesante e innovadora para el lector medio, por supuesto, pero la accesibilidad sonora iba acompañada de la accesibilidad visual, que consiste en la posibilidad de aumentar y disminuir el tipo de letra del texto», explica. «A la hora de convertir textos a audio, se pensó no solo en la accesibilidad para personas con baja visión, sino también en usuarios con otros problemas. Es en esta línea que se piensa en el código del sitio web, o en toda la paleta de colores de Folha, para personas con daltonismo, por ejemplo.
Inclusión con descripción
«Veo la accesibilidad del contenido de una manera amplia. Porque cuando tienes un sitio web que es accesible para una persona con discapacidad visual, será accesible en consecuencia para una persona que navega solo con el teclado porque tiene una discapacidad física», explica el periodista Gustavo Torniero, quien tiene cataratas y glaucoma de nacimiento. «Siempre digo que soy una persona ciega; una expresión que me parece muy interesante porque pone a la ‘persona’ en primer lugar», dice.
Desde 2015, Torniero forma parte de la Organización Nacional de Ciegos de Brasil. «Trabajo como consultor en inclusión, audiodescripción —recurso de traducción de imágenes en palabras para no videntes— y accesibilidad digital, además de ser periodista y comunicador», cuenta.
A partir de su experiencia profesional y personal, Torniero valora la herramienta de audiotexto: «Es un recurso complementario para aumentar la accesibilidad, también para personas con bajo nivel educativo, personas con dislexia o personas con algún tipo de dificultad de aprendizaje. Puede beneficiar a quienes tienen discapacidad visual, pero en general estas personas suelen contar con un programa de lectura en pantalla. El medio pone a disposición una herramienta cómoda».
Sin embargo, Torniero advierte: «Hoy una de las principales barreras de accesibilidad en los contenidos digitales es la falta de descripción en las imágenes». Se trata de una cuestión que el Folha busca mejorar. «Hemos estado trabajando en un intento de crear un formato adecuado para describir automáticamente y mejorar las fotos y gráficos, para que ninguna imagen quede sin metadatos descriptivos. Hoy en día, estos datos todavía dependen del periodista, y muchas cosas se pasan por alto», dice Marques. Torniero considera que es necesario tener representatividad: «Existen una serie de problemas estructurales en la industria periodística, especialmente en los medios de comunicación tradicionales. La falta de representación de personas con discapacidad en la redacción, por ejemplo, afecta directamente al contenido que se produce sobre el tema».
¿El periódico se convirtió en un gran podcast?
IJNet ofrece una función de conversión de texto a voz en la mayoría de los idiomas con que trabaja. En la parte superior de esta página hay disponible una versión de audio de este artículo.
El proveedor de este servicio es Ad Auris, que actualmente cuenta con 200 clientes en todo el mundo. «Trabajamos cada vez más con equipos de marketing de contenidos y redactores de boletines», explica Tina Haertel, cofundadora de la empresa canadiense.
Ad Auris cree que el público objetivo de su servicio no se limita a personas con discapacidad. La adopción de altavoces inteligentes como Echo de Amazon y Google Home ha facilitado la escucha de audio en la comodidad de nuestros hogares. También podemos consumir contenidos de audio mientras conducimos, hacemos ejercicio o tareas domésticas. «Ser capaces de ofrecer formatos de audio es fundamental para fidelizar y llegar a nuevas audiencias que pueden estar buscando contenidos, especialmente en aplicaciones como Spotify, YouTube y Apple Podcasts», afirma Haertel.
Los Angeles Times tiene una selección de artículos especiales en formato de audio para sus suscriptores. Lo mismo ocurre con The Guardian, que ofrece podcasts y artículos largos en formato de audio sobre inmigración, delincuencia, negocios y artes. El New York Times ofrece NYT Audio, una aplicación que incluye podcasts, noticias y coberturas narradas. ¿Quién podría prever que el periódico que inicialmente se hizo popular en formato impreso, y pasó al digital, se pasaría ahora al audio de esta manera? ¿Podría ser una tendencia mundial?
Un camino de bajo costo
Los servicios de texto a voz pueden ofrecerse gratuitamente o como una ventaja para los suscriptores. Sin embargo, su incorporación sigue suponiendo un costo económico para las empresas informativas. «Antes había una barrera mayor para ofrecer audio porque la producción llevaba tiempo y era cara. Pero con herramientas como Ad Auris, se está convirtiendo en algo accesible y eficaz», afirma Haertel.
Aun así, a los pequeños medios brasileños no les es fácil asumir estos costos. «Algunos lectores con discapacidad visual me han pedido este tipo de herramienta, y estoy buscando la manera de ponerla en práctica», explica Fred Santana, periodista del estado de Amazonas que dirige el sitio Vocativo. «Es fundamental incluir nuevos lectores. Espero que esto se convierta en una práctica común; a nadie se le puede negar un derecho tan básico como el derecho a la información».
Foto: Canva.
Lee más artículos de