Los esfuerzos para relanzar el deporte nacional hacia un mejor futuro no deben decaer, aunque los indicadores no sean los más halagüeños. A la fecha, menos de la mitad de las federaciones se adecuaron a las disposiciones del Instituto Peruano del Deporte (IPD) para ser reconocidas como organizaciones formales del Sistema Deportivo Nacional.
No es una buena señal que la mayoría de las entidades representativas de las diversas disciplinas se encuentren en la zona gris de la estructura deportiva. Eso significa –cuando menos– un claro desacato al cumplimiento de normas elementales y una actitud irresponsable para con sus propios afiliados.
Es decir, hay un grupo de veintitrés juntas directivas ordenadas, pero uno más numeroso al que no le interesa estar en sintonía con los nuevos vientos que soplan en estos tiempos previos a la realización de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
La pregunta obligada: ¿Por qué?
Al parecer existe un afán de llegar a cualquier precio a las próximas elecciones del Comité Olímpico Peruano (COP) para garantizar la continuidad de dirigentes tan cuestionados como José Quiñones, Francisco ‘Pancho’ Boza y Víctor Puente Arnao –entre otros– en esa organización.
De acuerdo a antecedentes de otras épocas, en ese momento apelarán a recursos de amparo, triquiñuelas legales y otras tinterilladas para obtener el ‘derecho’ de elegir a los integrantes del COP durante la asamblea de federaciones deportivas olímpicas.
Aunque no sean un dechado de perfección y eficiencia al cierre de esta columna las federaciones formales son las siguientes: Atletismo, Boxeo, Fisicoculturismo, Golf, Ecuestre, Natación, Vóleibol, Motonáutica, Judo, Squash Racket, Rugby, Triatlón, Bowling, Billar, Bádminton, Softbol, Vela, Gimnasia, Kickboxing, Lucha Amateur, Remo, Muay Thai y Tabla.
Faltan más de treinta federaciones en esta lista y ese elevado número debe llamar la atención de las autoridades del IPD. El tiempo de espera solo favorece a los infractores y va en contra de los deportistas.
Esta será la primera prueba de fuego para el titular del IPD, Óscar Fernández, quien tiene una magnífica oportunidad de demostrar firmeza en este proceso. Una señal de debilidad puede acabar con cualquier iniciativa de fortalecer una golpeada estructura deportiva.
Quienes están en contra del fortalecimiento del deporte nacional y de la realización de los Juegos Panamericanos ya están mostrando los dientes afilados. La mala noticia es que forman parte del sistema.
Los directivos del IPD ya saben quiénes son aquellos que solo piensan en beneficio propio y creen que tienen ‘títulos de propiedad’ sobre sus federaciones. Proceden con celeridad o serán debilitados por esas bombas de tiempo que les están dejando en el camino.
En realidad toda esa estrategia tiene como meta suprema: eludir los necesarios sistemas de supervisión y control. Por eso, a la informalidad hay que sacarle tarjeta roja.