En los últimos días saltó como gran noticia, esas que se vuelven virales y tendencias, las fotografías que un paparazzi captó de Justin Bieber en sus vacaciones en la isla tropical de Bora Bora. Muchos medios de comunicación lo han calificado como un nuevo escándalo del ídolo pop pero a mí no me queda claro si se trata de una inconducta del cantante de Baby.
Me coloco por un momento en su lugar. Irme de descanso con mi pareja a un lugar aislado y exclusivo y pasearme tal como vine al mundo no me suena escandaloso. El asunto engorroso lo crea ese sujeto con una cámara fotográfica intrusa e indiscreta que invade la privacidad de los demás y además expone imágenes inadecuadas para difusión pública.
Ojo, en muchas webs se le colocó un mosaico o distorsión en las zonas púbicas de Justin Bieber, pero en otras no. Ese es el escándalo, y no es responsabilidad del músico sino del fotógrafo. A pesar de escribir en una web que defiende los derechos del periodista, señalo este hecho pues no consideró a ningún paparazzi realmente colega.
Un paparazzi es un traficante de la intimidad, carece de cualquier noción de ética, es en suma una suerte de mercenario. No le importa que límites o barreras cruza con tal de tomar una imagen que le significarán fuertes ganancias. Muchos olvidan que la muerte de la Princesa Diana fue justamente huyendo de estos fisgones.
Entonces, si eres Justin Bieber no te queda otra que cuidar todos tus pasos, recluirte en una mansión privada, vivir como un ermitaño, pues sino el ojo indiscreto de uno de estos paparazis puede fregarte la vida. Francamente veo más sano y coherente seguir adelante, y si te sacan una fotografía como esa presenta una denuncia y listo. No los dejes esclavizarte.
Claro, algún lector señalará con razón que hace unas semanas el propio Justin Bieber tomó una foto de su trasero y la publicó en su cuenta de Instagram. Ahí sí generó el escándalo. A pesar de sus disculpas posteriores se conoce que en Internet las imágenes perduran. Pero, eso no es un permiso para que personas ajenas invadan su privacidad de esa manera.
Quiero volver al tema del buen gusto y del respeto al público. ¿Realmente era necesario publicar las fotos de Bieber desnudo?. ¿No hay límites editoriales en los medios de comunicación?. Tanto es el afán de vender que tenemos que colocar las “vergüenzas” de este muchachito (tal como dirían las abuelitas) en páginas centrales. Este columnista también se desempeña como jefe de sección en espectáculos y simplemente dejó pasar la noticia.
Curiosamente, alguien muy relacionado a Justin Bieber también se quejó en estos días de otra falta de ética informativa. Selena Gómez, ex pareja de Bieber dio a conocer que se había sometido a un tratamiento de quimioterapia por sufrir de la enfermedad de lupus. Sin embargo, muchos publicaron rumores sobre una supuesta rehabilitación por abuso de fármacos. ¿Es que no tenemos límites al soltar una noticia?.