La ciencia y la religión

 

No debería existir una oposición entre ciencia y religión. Cada una tiene su propia razón de ser. La religión debe tomar en cuenta la ciencia y la tecnología, pero ellas nunca podrán eliminar los límites del ser humano. La ciencia es un conocimiento que progresa permanentemente y suprime lo anterior adquirido. No puede dar una respuesta definitiva. Einstein y la física cuanta han demostrado la relatividad de las ciencias y de su determinismo. Si preguntamos a Freud, a Skinner, a Piaget, a Fromm etc. por su concepción del ser humano, recibiremos respuestas divergentes.

La ciencia es sumamente compleja y logra grandes y importantes avances, pero no podrá contestar la pregunta sobre el porqué de nuestra existencia. La filosofía y las religiones buscan una respuesta a esta pregunta.

Los progresos de la biología, de las ciencias sociales, y, sobre todo, de la psicología y de las comunicaciones, dan al ser humano un mejor conocimiento de sí mismo y le dan técnicas para influir en la vida social. La psicología y las ciencias de la comunicación son cada vez más importantes. La psicología es importante como conocimiento de mecanismos dentro de la persona que permite desarrollar terapias que ayudan a personas con ciertos problemas. Hay una demanda creciente de psicólogos para resolver la problemática profunda que se está dando a todo nivel, personal, familiar, centros educativos con el bulling y la violación de menores etc.

Todos dependemos, completamente, de los medios de comunicación para poder formar nuestros juicios sobre la vida económica, política, social, educativa y moral del país y del mundo. La publicidad ha encontrado un camino nuevo, importante, por medio de los influencers. El problema son los que recomiendan el suicidio y dan el ejemplo como Michelle Young, Dazharia Shaffer, Kika Dukic y Lili Luo. Lo más importante, de los medios son las noticias positivas sobre los que se olvidaron de la “dependencia y dominación” y tomaron iniciativas como, por ejemplo, los que han logrado importantes exportaciones con los mangos, espárragos, arándanos, paltas, café etc. El café ganó el premio de mejor en el mundo y la exportación de arándanos es la más importante en el mundo. La riqueza de un país depende sus exportaciones. Estas noticias permiten creer en las posibilidades de su propio país y son un aliento para la juventud. La democracia respeta la libertad y permite también a los medios denunciar la falta de responsabilidad y corrupción de las autoridades. La corrupción, como sistema de los gobiernos en América latina y África, trae la pobreza, la desconfianza, la informalidad y obliga a la corrupción en los trámites. Las ofertas ideológicas, siempre criticando todo, ofreciendo un supuesto futuro mejor, son los mensajeros del desastre. Es más fácil criticar que hacer algo. No reconocen el esfuerzo y sacrificio de tantas personas. Leemos en Mateo: “Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo.” No se trata de una utopía que nunca se va a realizar, sino de imitar al Padre, para amar a todos, inclusive a los enemigos.

Sin embargo, la psicología y las ciencias de la comunicación no son suficientes para asegurar las mejores relaciones personales porque éstas dependen de la libertad. Se necesita las virtudes espirituales para poder realizar bien sus trabajos y para las buenas relaciones con los demás. La justicia, la fortaleza y la templanza son conceptos filosóficos. Sin justicia no habrá autoridades que promueven el bien para todos, sin fortaleza no habrá personas dispuestos a luchar para el progreso y sin templanza el mundo estaría lleno de egoístas y envidiosos. Sin moral, seguirá el profundo problema de la corrupción que perjudica la justicia para todos.

La ciencia puede saber todo sobre los hechos, pero no puede explicar el sentido de la existencia de las cosas. Siempre habrá problemas y los problemas son cada vez más grandes porque amenazan y pueden acabar con la vida en la tierra. No se comprende que las grandes potencias desarrollan misiles, hasta con cabezas nucleares que tienen la capacidad de pasar encima de todas las fronteras. Hay una enorme desarrollo científico y tecnológico que sirve al ser humano, pero también que no siempre respeta la dignidad humana. La ciencia inventó la bomba atómica que mató, al final de la segunda guerra mundial, doscientos cincuenta mil personas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Los científicos eran felices por su gran invento. La filosofía pregunta por el sentido. ¿Era un bien? La humanidad no aprende. Ya son ocho países que tiene esta arma nuclear y muchísimo mas potente. No se entiende, que, en el siglo XXI, siguen muchas guerras (27) a pesar de que hay miles de millones en la pobreza. El presupuesto mundial de armas podría eliminar la pobreza. Leemos en Efesios, 6, 12: “Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.”

Se ha perdido el sentido del misterio que es el sentido de la religión. No se trata de una verdad que falta descubrir como la ciencia sino es una verdad que nos es dada. No es la conclusión de una deducción de algo que conocemos. La religión no es una teoría científica y tampoco una visión de la sociedad como las ideologías. El cristianismo no enseña una praxis política. Dios no revela ninguna idea o praxis. Dios nos inspira para buscar y hacer el bien. El mismo laico debe decidir sobre sus ideas políticas y praxis. Los obispos o sacerdotes no pueden imponer una orientación. El laico tiene la libertad y responsabilidad de escoger su opción política, pero debe respetar los principios teológicos y éticos que están en la Doctrina Social. La fe en Dios es la verdad de una revelación de Dios por una Persona que la ha enseñado y la ha transmitido por el ejemplo de su vida. Leemos en Corintios, 2, 1-5: “Me presenté a ustedes débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder de Dios.”

Jesucristo dijo: Hagan esto en memoria mía. La vida es estar unidos con otros en la misma comunidad, la iglesia, que empieza en la familia, alrededor del misterio que nos invita a vivir en el amor de unos con los otros. Leemos en Juan 13, 34: “Les doy un mandamiento nuevo que se aman los unos a los otros. En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.” La mejor actitud es la humildad. Es la persona con quién es agradable vivir. No es la persona arrogante, el sabelotodo, el ególatra y envidiosa que hacen la vida insoportable a los demás. La religión no elimina la autonomía de la razón y de la libertad de la persona, pero ubica a la persona en el lugar adecuado. Por la oración descubrimos en nuestra conciencia la voz que nos dirige a buscar siempre el bien, y, por la comunidad, podemos dar amor y recibir amor. “No hay amor más grande que dar la vida para sus amigos, y ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando. Los llamo amigos porque les he dado a conocer lo que aprendí de mi Padre” (Juan, 15, 13.14.15). Dios no es una utopía. Dios es un ideal. Jesús dice: “Sean perfectos como el Padre”.

 

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