Cuando en Roma, Italia eran las 07:35 de hoy lunes (12:35 de la madrugada nuestra) se iba de este mundo, quizá, el Papa más futbolero del orbe desde que fue ungido como el ser supremo de la religión católica el 13 de marzo de 2013. Jorge Mario Bergoglio Sívori (1936-2025) no se cansó de abrirles la puerta de la santa sede en San Pedro a cientos de representantes del deporte que lo visitaron como Papa Francisco llevándole siempre sus camisetas autografiadas que lo llevó a tener una colección de ellas que guardaba complacido en su vida terrenal marcada de un sello pleno de austeridad y de apertura al mundo religioso como nunca antes lo hubo. «Un vendaval social y reformador en la Iglesia» informaron los diarios del mundo apenas se conoció su deceso de quién siempre recibió con enorme afecto y cariño a los que pisaron la iglesia de San Pedro.
Diego Armando Maradona (1960-2020) y Lionel Messi los mejores jugadores de la historia del fútbol llegaron hasta él. El gran Diego confesó, en su momento, y sin titubear que el Papa Francisco “le ganó al corazón” y si volvió a la iglesia se debió a él. El Santo Pontífice aceptó ser devoto de Maradona y al que llamaron ‘Dios’; admirar a Messi pero cuando un periodista le preguntó a quién consideraba entre los dos argentinos y el brasileño Edson Arantes do Nascimiento ‘Pelé´(1940-2022) el mejor del mundo, respondió: “Maradona fue un grande pero como hombre falló; Messsi es correctísimo, un señor. Pero para mí, de estos tres, el mejor es Pelé”.
Más allá de su pasión por el San Lorenzo de Almagro de quién se declaró un hincha furibundo, el Papa Francisco a quién pese a su altísima autoridad eclesiástica se le permitía, incluso, hacer chistes futboleros con los deportistas y los hinchas que lo visitaban, contó que muy joven le gustó jugar como arquero. No se cansó de abrír las puertas a todos los futbolistas, independientemente de los colores. Fue en retribución a ese cariño que no dudó nunca en pregonar por San Lorenzo que todo el plantel ´santo´ incluido su presidente Marcelo Tinelli que el 2014 lo visitó en Roma llevándole el trofeo de la Copa Conmebol que habían ganado ese año.
Es en ese mundo de visitas que el Papa Francisco recibió a dos de nuestros seleccionados en su momento: a Juan Manuel Vargas cuando jugaba por el Fiorentina el 2007 y a Gianluca Lapadula delantero de Spezia FC y quién hoy escribió un breve comentario: “Descansa en paz” en su Instagram acompañado de una foto suya entregándole al Santo Padre su camiseta número ‘9’ de nuestra Selección. Ese encuentro sucedió cuando Lapadula llegó al Vaticano el 23 de diciembre del 2021. “En este año del bicentenario en Perú, donde en el Vaticano se realizó el nacimiento peruano, tuve el inmenso placer de poder entregar personalmente al Papa una camiseta de nuestra selección. ¡Gracias de corazón, Santo Padre! ¡Fue una gran emoción verlo y darle la mano!”, escribió ‘Lapagol’ en ese entonces.
Sin la ya presencia del Papa Francisco. me pregunto ¿qué pueden seguir significando sus palabras que acompañó cuando habló del deporte y el fútbol en general? Esto dijo: “El deporte también tiene una gran fuerza social, capaz de unir pacíficamente a personas de diferentes culturas”, declaró justo ayer domingo durante el rezo del Angelus en la plaza de San Pedro. Y donde volvió a insistir en rezar por los martirizados países de Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar y demás naciones en conflicto. En Brasil, capital del mundo futbolístico que no por algo es pentacampeón mundial el 23/7/2013 ante una enfervorizada multitud les preguntó: ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo o una selección? Entrenarse mucho. Así es nuestra vida de discípulos del Señor tratando de vivir como cristianos”.
No resultó lo único que lanzó desde su estrado en un país como Brasil donde se estima que hay más de 182 millones de cristianos, siendo la mayoría católicos. Fue más allá cuando les exclamó desde su tribuna: “Cuando se ‘suda la camiseta’, tratando de vivir como cristianos experimentamos que no estamos solos, formamos parte de una familia que recorre el mismo camino”.
En estas horas del mediodía del lunes, mientras leo noticias y comentarios tras comentarios sobre el deceso del Papa Francisco es que encuentro en Internet unas declaraciones del doctor Manuel Díaz, elegido por el Ministerio de Salud junto con su colega Omar Heredia para que lo atendieran durante su visita al Perú el 2018 y donde dice : «Nos pudo saludar y una de las palabras que siempre cuando nos abrazó antes de despedirse nos pedía que recemos por él, que era una de las peticiones que siempre hacía cuando alguien se le acercaba para saludarlo o conversar con él». Y un dato que abre paso, quizá, a lo que lo llevó, finalmente, a la muerte: “El Papa Francisco presentó desde su juventud un problema pulmonar crónico, debido a una enfermedad que adquirió cuando era adolescente, lo que le causó una disminución de la capacidad pulmonar”. Nos toca, a nosotros, rezar por esa alma justa.
Colaboración de Mario Fernández Guevara