La naturaleza necesita un camino medible y ambicioso para su recuperación

 

Una estrella de mar azul (Linckia laevigata) fotografiada en un arrecife de coral en gran parte muerto en la costa de Coral en la isla más grande de Fiyi, Viti Levu. IPBES estima que casi un tercio de los arrecifes están en peligro de extinción. Foto: Tom Vierus / Climate Visuals

NAIROBI – Hasta un millón de especies se encuentran en peligro de extinción, muchas dentro de apenas décadas. Esto incluye casi un tercio de los corales que forman arrecifes, parientes de tiburones y mamíferos marinos.

La mitad de la expansión agrícola tiene lugar a expensas de los bosques, y 85 % de los humedales que estaban presentes a principios del siglo XVIII se habían perdido para el año 2000, y se considera que la pérdida de humedales está ocurriendo tres veces más rápido, en términos porcentuales que la pérdida de bosques.

En declaraciones a IPS antes de la 15 Conferencia de las Partes (COP15) sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva del IPBES, planteó la necesidad urgente de acelerar las medidas para detener la pérdida de biodiversidad, de que solo vemos la punta del iceberg.

La COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica se celebrará en la ciudad canadiense de Montreal del 7 al 19 de diciembre, y ella contará con el soporte de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

“En 2019, IPBES alertó al mundo de que un millón de especies de plantas y animales, de un total estimado de ocho millones, ahora se enfrentan a la extinción, muchas dentro de décadas. Un tercio de los arrecifes de coral están en peligro de extinción. La naturaleza se está deteriorando a un ritmo y una escala sin precedentes en la historia de la humanidad”, advirtió Larigauderie.

Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva de IPBES. Foto: IPBES

Dijo que la primera razón para conservar y usar la biodiversidad de manera sostenible es porque es lo correcto desde un punto de vista moral y ético.

“No debería estar dentro del ámbito de una especie, la humana, destruir la no especie humana en nuestro planeta compartido. Pero una segunda razón importante, más egoísta, es que la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad también garantizan la existencia humana y una buena calidad de vida”, adujo.

La biodiversidad es esencial para el desarrollo humano, y su conservación es fundamental para las personas en todos los rincones del mundo. Son 50 000 especies silvestres, según IPBES, las que satisfacen las necesidades de miles de millones de personas en todo el mundo, proporcionando alimentos, cosméticos, refugio, ropa, medicina e inspiración.

Una de cada cinco personas depende de plantas silvestres, algas y hongos para su alimentación e ingresos; 2400 millones dependen de la leña para cocinar, y alrededor de 90 % de los 120 millones de personas que trabajan en la pesca de captura se sustentan con la pesca en pequeña escala.

Esto es solo parte de la contribución material que Larigauderie dice que la biodiversidad hace a la humanidad, junto con innumerables contribuciones no materiales y reguladoras, como el mantenimiento de la calidad del aire y el suelo, el control de enfermedades emergentes y la polinización de cultivos.

En este contexto, Larigauderie dice que la COP15 en Montreal prepara el escenario para un nuevo Marco Global de Biodiversidad, que se espera sea un plan cuantificable y con buenos recursos que esté destinado a marcar el camino a la recuperación de toda la vida en la Tierra y las contribuciones que proporciona a las personas para 2030.

Se refiere al fracaso de las Metas de Biodiversidad de Aichi 2011-2020, un plan estratégico creado para frenar la pérdida de biodiversidad y de cómo ninguna de las 20 metas acordadas por los gobiernos para 2020 se cumplió por completo a nivel mundial.

“La COP15 es una oportunidad para subir la vara: una renovación del impulso de las ambiciones de la comunidad mundial. El resultado más deseable sería un acuerdo cuyas metas estén respaldadas con recursos suficientes y cuantificadas”, enfatizó.

Por ejemplo, la meta 11 de Aichi pedía la protección efectiva de 17 % de la tierra y las aguas interiores y 10 % de las zonas costeras y marinas; ahora, dijo la responsable del IPBES, “la vara se eleva significativamente en el nuevo borrador del marco, a 30 % para estar protegido para 2030”.

“Es desafiante pero posible con los medios financieros adecuados”, consideró Larigauderie.

Además de 30 %, se deben tomar medidas sobre 70 % que no está bajo protección. El texto, por lo tanto, incluye objetivos para integrar la biodiversidad en sectores económicos clave, como la agricultura, la pesca y los sistemas económicos y financieros, para disminuir su impacto en la biodiversidad.

La investigación de IPBES revela que la mitad de la expansión agrícola tiene lugar a expensas de los bosques. Foto: Joyce Chimbi / IPS

“La agricultura representa uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad porque compite por la tierra con la naturaleza y porque la contamina. Los gobiernos podrían ayudar a los agricultores a hacer la transición a prácticas agroecológicas más respetuosas con la naturaleza”, observó.

La ciencia, agregó, puede informar las transiciones hacia nuevos caminos sostenibles para la agricultura, la pesca y los sistemas alimentarios, entre otros, para ayudar a conservar y usar la biodiversidad de manera sostenible.

Larigauderie remarcó la gran necesidad de hacer la transición a estos nuevos caminos por el bien de la naturaleza y las personas para las generaciones presentes y futuras.

También destacó la necesidad de apoyar a los países en desarrollo que ahora se espera que se desarrollen mientras protegen su biodiversidad, a diferencia de sus contrapartes más desarrolladas, que aseguraron su desarrollo aprovechando sus recursos naturales.

Sobre la 27 Conferencia de las Partes (COP27) sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, que concluyó el 20 de noviembre, Larigauderie dijo que es fundamental reconocer y actuar sobre las interrelaciones entre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

La investigación ha determinado que el cambio climático es uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad.

“Es muy importante que la comunidad del cambio climático ten

T: MLMga en cuenta la biodiversidad. El tema de la biodiversidad sigue ocupando un lugar muy bajo en la agenda de los debates sobre el cambio climático. Sin embargo, sabemos que nunca puede haber soluciones a largo plazo para el cambio climático sin un mejor tratamiento de la naturaleza”, señaló.

“Además, algunas medidas propuestas para mitigar el cambio climático son perjudiciales para la biodiversidad, lo que exacerba la crisis de biodiversidad en curso y, en última instancia, la crisis del cambio climático”, añadió.

La responsable de IPBES dice que estas medidas pueden incluir el cultivo de biocombustibles, también conocidos como cultivos energéticos, como la caña de azúcar y la soja, a gran escala para evitar el uso de combustibles fósiles. Inicialmente, tales cultivos estaban destinados a ser cultivados en tierras marginales.

Pero con muy pocas tierras marginales que quedan, partes de los ecosistemas naturales se están convirtiendo en tierras de cultivo, a menudo para obtener ganancias a corto plazo, lo que a su vez daña aún más la biodiversidad.

Otro ejemplo de una estrategia para combatir el cambio climático a expensas de la biodiversidad, dice, pueden ser los esquemas de plantación de árboles.

En lugar de trabajar para reducir las emisiones, “la gente contribuye con dinero para los esquemas de plantación de árboles para compensar su huella de carbono. Plantan árboles y siguen haciendo negocios como siempre”, destacó Larigauderie.

“Los esquemas de plantación de árboles también pueden causar problemas sociales donde los pueblos indígenas son desplazados o problemas ecológicos donde los árboles se plantan sin tener en cuenta los principios ecológicos, como el caso de árboles que requieren mucha agua en áreas secas, causando una grave escasez de agua”.

Por el contrario, es importante implementar soluciones que tengan en cuenta ambas crisis y combatan juntos el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

La reunión de los gobiernos de todo el mundo en la COP15 es una oportunidad vital para dar un paso adelante por la naturaleza. Al hacerlo, se pedirá a la comunidad mundial que aproveche el marco de biodiversidad establecido después de 2020.

El resultado bien podría ser un marco para transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad, sanar el planeta y garantizar una existencia sostenible para la humanidad.

T: MLM / ED: EG

 

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