Vivir para quejarse no es muy agradable, y mucho menos convivir con alguien que se queja todo el tiempo.
La queja es una forma de interactuar que genera tensión entre las personas. Son palabras de frustración emocional: algo que va mal, lamentarte, acusar, fastidio. Puede venir por algún dolor físico crónico o como una forma de amortiguar lo que está viviendo esa persona.
Lo malo es que puede llegar a convertirse en una actitud de vida. Nos quejamos para buscar apoyo, empatía o que nos hagan caso. Transmitimos nuestro malestar a la otra persona. Cada vez que te quejas estás demostrando tu incapacidad para resolver tu situación o problemas.
Es una forma de liberar tensión, de sacar aquello que traemos dentro, pero, por otro lado, la persona que se queja no actúa, no soluciona y se convierte en un círculo vicioso.
¿Por qué se queja una persona? Ya sea porque lo ha aprendido en su familia, porque es pesimista dándole énfasis a los errores; o bien, por ser demasiado perfeccionista con ella misma y con los demás. Incluso hay veces que nos quejamos por llamar la atención, ser una víctima y que nos compadezcan.
Las consecuencias de una persona quejosa son muchas: se acostumbra a no resolver sus problemas; se estresa y ve todo negativo. Se convierte en un hombre o mujer pasivo, ya que la queja absorbe su energía y no hace nada. Y muy cierto y también triste: los demás se cansan de ella: la pareja, hijos, amigos, en el trabajo, prefieren evitarla que convivir con ella.
La queja nos aleja de nuestros seres queridos. Si queremos resolver un problema, debemos de irnos a la acción y dejar de quejarnos.
¿Qué te recomiendo para superar la queja? En primer lugar, te invito a reconocer que la queja no es la solución, recuerda que solo desahoga la frustración, pero el problema seguirá vivo.
Después, detecta sobre qué temas te quejas; los motivos o circunstancias; define lo que deseas y dilo; piensa si puedes cambiar o no tu realidad. Si tu realidad no puede ser modificada, cambia la actitud y no te quejes. Concéntrate en lo que si puedes hacer y disfrutar.
Sé una persona proactiva. Haz que las cosas sucedan y no esperes a que el tiempo, los demás o las circunstancias cambien o decidan por ti.
La queja te impide disfrutar de la vida. En lugar de quejarte mejor empieza a actuar y verás que los demás querrán estar contigo, y tú, serás una persona más feliz