Los Chapitos: La narco herencia que nunca llega

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Mientras su tristemente famoso padre, Joaquín Guzmán Loera (a)”El Chapo”, aguarda en Nueva York ser procesado  y afronta una larga temporada en la cárcel, los hermanos Jesús Alfredo Guzmán, Iván Archivaldo y Ovidio Guzmán, siguen a la espera de heredar su mando en el Cartel de Sinaloa en un juego mafioso que los aleja del poder.

Y es que, a diferencia de don Vito Corleone, el narcoimperio en México no se hereda fácilmente a los hijos sino que, como toda empresa transnacional, requiere del apoyo de sus socios o que se impongan a sangre y fuego para dirimir diferencias y salvarse  de las conspiraciones a las que están proclives hasta sus más cercanos allegados.

El cartel de Sinaloa se fundó como la Alianza de la Sangre debido a que la mayoría son paisanos y, como era de esperarse, estrechan sus relaciones por medio de sus hijos, una vieja tradición de las monarquías europeas que al parecer viene dando resultados en esa agreste región donde, como en la ranchera, la vida no vale nada,

El Guano

Ismael “Mayo” Zambada tiene bajo su protección a los tres hijos del Chapo Guzmán, narcojuniors conocidos como “Los Chapitos” debido a que representan su mayor garantía para afianzarse en el poder y evitar una guerra interna.

Pese a que los hijos de «El Chapo» presuntamente lo respetan y buscaron su protección ante los ataques de los Dámaso –quienes habrían ordenado su secuestro el año pasado- no está de acuerdo con la estrategia de confrontación de «Los Chapitos», lo que podría causar fricciones peligrosas en estos tiempos de indefiniciones.

Pero el verdadero peligro para los planes del “Mayo “ Zambada es Aureliano «El Guano» Guzmán Loera, hermano del Chapo Guzmán y tío de sus díscolos sobrinos que lo ven como una competencia peligrosa.

Si bien es cierto que “Los Chapitos” han tenido diferencias con «El Guano»  su estrategia es más parecida a la del hermano de su papá que a la de Zambada, por lo que el analista y autor de varios libros del narcotráfico azteca,  Ricardo Ravelo, no descarta una alianza para así poder regresarle el poder a la familia.

«Entre ‘El Mayo’ y ‘El Chapo’ hubo una relación de muchos años. Conociendo el perfil del Zambada, no creo que pueda ligarse a los hijos ni ‘Al Guano’ ni a otro grupo porque son distintas formas de llevar el negocio», dijo en declaraciones a  Infobae.

https://www.youtube.com/watch?v=GDWAaGlU2EM

Dentro de la estructura del cártel, el hermano mayor de los Guzmán Loera controla una parte del poblado de Badiraguato, en el estado de Sinaloa, centro de operaciones de la familia, así como la lucha contra el cártel rival de los Beltrán Leyva.

Coordinaba la seguridad en la zona del Triángulo Dorado –región que concentra la mayor producción de marihuana y amapola en México-, y asegura que la producción de amapola y marihuana abasteciera la demanda en Estados Unidos.

La aureola que rodea al “Guano” parece conducirlo a los umbrales del infierno y nunca se sabe lo que trama.

En las montañas de Sinaloa se le atribuye el asesinato en abril de 2015 de su medio hermano, Ernesto Guzmán Hidalgo, quien además era el padre de la esposa de Alfredo Beltrán Leyva, «El Mochomo» – del Cártel de los Beltrán Leyva- sentenciado a cadena perpetua en EEUU, lo que encrudeció la lucha entre los dos cárteles.

https://www.youtube.com/watch?v=SORGhZdNZmk

Aureliano Guzmán ha buscado el liderazgo del cártel y para ello ha enfrentado a rivales y no ha vacilado en disputar territorios hasta a sus sobrinos que necesitan más que nunca la protección del “Mayo Zambada”.

Pero en este ajedrez perverso, «El Mayo» necesita consolidar su poder y tendría que superar sus diferencias con el otro Guzmán Loera y los Chapitos.

«Los hijos tienen sus formas de operar y entender el negocio. «El Guano» esta confrontado con «El Mayo» y está el hijo de El Azul” que se fugó. Vistos como piezas aisladas no tienen ninguna fortaleza, pero se pueden asociar con otros grupos», advirtió Ravelo.

Javier Oliva Posada, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también considera que con la caída del «Mini Lic», quien era el ahijado favorito de «El Chapo» y por eso lo habría elegido como su sucesor, se fortalece la figura del Ismael Zambada, a pesar de las diferencias que pueda tener con los narcos más jóvenes.

A pesar de su edad, considera que tampoco piensa en retirarse, y de ser así, sus hermanos, hijos  y sobrinos  también podría reclamar su rebanada del pastel.

En teoría «El Azul» estaría también peleando por el liderazgo de la organización, pero desde 2014 existen versiones sobre su muerte a causa de un ataque cardiaco, que nunca fueron confirmadas por ninguna autoridad ni por su familia.

Cuando se escapó de la cárcel, Esparragoza Monzón tenía que decidir entre sumarse a los Dámasos o al equipo de «El Mayo» y los hijos de «El Chapo», pero hasta ahora, no se sabe si se sumó a alguno de los dos o siguió por su cuenta.

«Los hijos tienen sus formas de operar y entender el negocio. «El Guano» esta confrontado con «El Mayo» y está el hijo de El Azul que se fugó. Vistos como piezas aisladas no tienen ninguna fortaleza, pero se pueden asociar con otros grupos», advirtió Ravelo.

Juan Carlos Ayala de la Universidad Autónoma de Sinaloa y uno de los investigadores que más ha estudiado el cártel, afirma que una de las principales cualidades de «El Mayo» es su bajo perfil, lo que lo ayuda a mantenerse aislado de todos los conflictos mediáticos como los causados por las narco millennials por sus publicaciones en redes sociales y su exceso de protagonismo.

Su actitud conciliadora y el manejo de los códigos de la vieja escuela ayudarían no sólo a llevar la paz dentro del cártel sino también a reducir los niveles de violencia en Sinaloa, que al primer semestre de este año registraba más de 1.000 asesinatos, mientras que todo el año pasado cerró con 1. 161, señaló Ayala.

«Sinaloa va a tener más estabilidad, no le conviene una estrategia de confrontación. Ya tenemos más de 1.000 asesinatos ¿con cuántos vamos a terminar el año? Hay información de que gente de Dámaso ya negoció y está trabajando para El Mayo», agrega.

Lo cierto es que en estas extrañas movidas, donde la lealtad no es precisamente una virtud entre los mafiosos, «Los Chapitos» derrochan dinero a manos llenas alucinando ser una especie de reyezuelos pero alejados del verdadero poder de  los narcotraficantes de la vieja guardia, a la espera de heredar un narcoimperio que parece más lejos que nunca.

 

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