Más allá de los 90 minutos…

 

Disculpen el yoísmo esta vez pero, sinceramente, yo le tengo un gran aprecio a Pablo Bengoechea. Lo disfruté como jugador de la camiseta aurinegra del Peñarol y la celeste del seleccionado uruguayo. Un profesional al que nuestro fútbol tuvo la suerte de tenerlo como asistente de Sergio Markarián cuando este el 2010 asumió la dirección técnica del seleccionado nacional y, luego, dos veces llegó para dirigir al Alianza Lima.

En Arequipa hace una semana su metro 77 de estatura lo hizo despejar del suelo celebrando el golazo de Joazinho Arroé que fue el de la victoria frente a Melgar (2-3). Nunca antes le había visto un gesto así como técnico pero sí como jugador celebrando sus espectaculares goles de tiro libre que tanto dominó y ejecutó. El martes en conferencia en el estadio aliancista siempre en ese tono respetuoso no solo en sus gestos sino en sus palabras, pidió disculpas por esa reacción tan espontánea como legítima. Todo lo contrario del entrenador argentino de la ‘U’, Ángel Comizzo quién cada vez que concurre a una conferencia de prensa, me hace recordar a Juan Reynoso por el semblante molesto con que llega así haya ganado y como anticipando ‘conmigo no se metan y pregunten bien’.

Bueno, el sábado último tras el empate ante Alianza Universidad de Huánuco en un partido que el equipo victoriano jugando en su estadio pensó iba a hacerlo suyo para mantenerse en punta de repente se encontró con otro Alianza (pero de Huánuco) y para más señas con un segundo nombre nada menos que Universidad y claro que terminó siendo un rival bien aplicado en su tarea de estudiar a su oponente, medirlo en su exacta capacidad y tras ese examen aprobar con nota de 18 tan exigente examen de más de 90 minutos de duración. Si los universitarios huanuqueños no terminaron por graduarse con un triunfo fue por esas cosas que tiene el fútbol que si no conviertes en goles resignas otro resultado y fue empate.

Pero Bengoechea, a estas alturas de lo que acá redacto, es mi tema. Llegó a la cita de prensa ese sábado y le escuché decir esto: “En  el fútbol uno no puede nunca anticipar que va a ganar porque el rival también juega. No existe en ninguna parte del mundo que alguien anticipe que va a ganar. No entiendo ese tipo de comentarios”. Y aquí viene lo bueno de Bengoechea que casi como un adivino de lo que iba a pasar ayer domingo con la ‘U’ y Cristal, los otros dos rivales capitalinos con que tercia a ganar el título máximo porque el cuarto equipo, el Binacional tiene casi todo para dejar en ficha a los tres equipo antes mencionados, sostuvo: “No podemos decir hoy que hemos perdido la punta. Es difícil jugar al fútbol así  sabiendo que todo lo que no sea ganar, es algo malo. Los  partidos hay que jugarlos. Yo no sé qué puede pasar este domingo. Al menos uno nos pasaría pero el otro no”. Como si esas palabras finales hayan sido proféticas, tanto rimenses como cremas perdieron  y Alianza Lima sigue como único puntero

La frase que utilizo líneas arriba sobre ‘conmigo no se metan’ se podrá interpretar viendo siempre el rostro adusto de Comizzo. Ayer tuvo otro sello. Desencajado, fastidiado y con ganas de estar sentado en otro sitio y  menos ante los periodistas lo terminó de golpe. Si Comizzo estuvo dos minutos o tres minutos fue mucho. Lo que menos quería era hablar. Atendió dos preguntas y se fue. Dejó para los apuntes esto: “No estuvimos tan sólidos, como normalmente el equipo estaba. Algo ha ocurrido. Si tomamos como promedio el partido de hoy, nos han hecho más goles que en todo el campeonato en 14 fechas. Fue llamativo y preocupante”. Y mientras le pedía disculpas a los hinchas cremas por los tres goles recibidos, se despidió así: “Muchachos, no la hagamos más larga. Vamos a caer todos en lo mismo, les agradezco y les mando un fuerte abrazo. Muchas gracias”.

En Cristal no hubo vela para el entierro. No había explicación alguna para aceptar una derrota en un partido que lo comenzaron ganando muy rápido y lo perdieron en el último suspiro. En su entrenador Manuel Barreto hubo el mismo rostro de una semana atrás cuando Universidad San Martín les empató (1-1) también cuando se acababa el partido. Se consoló ante la prensa con estas frases: “Seguimos en carrera y con posibilidades y no nos vamos a rendir”.

Faltan tres jornadas y los que están arriba continuarán soñando la corona máxima. Los comentarios por Intenet son  variopintos, Por el lado de la ‘U’  el colega Pedro Ortíz de «El Comercio» y fanático crema escribió «Solo la irregularidad del torneo local permite a la ‘U’ soñar con ganar el Clausura y forzar una definición por el Título Nacional. Pero es solo eso: un sueño, un deseo, un acto de fe. Los hechos muestran que el equipo crema carece de argumentos sólidos que permitan imaginar ese final feliz que con tantas ansias aguardan sus hinchas desde diciembre del 2013…. Un equipo que pretende ser campeón no puede tener tantas diferencias. Y eso, al final del año, siempre se paga. El modestísimo nivel de Universitario, Alianza, Cristal -y hasta del ya no tan sorprendente Binacional- ha provocado que el rush final del torneo esconda su desesperante medianía bajo el disfraz de una grandilocuencia hueca (“final electrizante”,  “definición espectacular”), que solo alcanza para llenar algunas carátulas y sumar un puñado de clics.

En el lado de Alianza Lima, otro colega y catedrático, Ernesto Cavagnari de «Zona de Fuego», hincha victoriano sostuvo: «El hincha de Alianza Lima, probablemente, ha perdido un poco la sensibilidad por ese fútbol fantasía, sello histórico blanquiazul, pero lo que sí mantiene intacto es esa ilusión por levantar nuevamente la corona del torneo nacional. Bengoechea tiene un estilo de juego que comulga poquísimo con la tribuna victoriana, pero eso a esta altura de la temporada no le interesa a la hinchada, porque los resultados positivos son el mejor paliativo para una propuesta ‘charrúa’ que no habla el lenguaje de una institución que siempre se caracterizó por no decepcionar al respetable, porque el espectáculo antes jamás estuvo ausente. En estas últimas fechas el elenco victoriano tendrá que apelar al peso de su camiseta para sortear escollos complicados que, también tienen aspiraciones de escribir en letras doradas sus nombres por lo más alto de nuestro balompié. La irregularidad de los equipos más importantes que pelean en esta temporada no nos pueden ofrecer algún favorito, porque esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar. Solo esperamos de todo corazón que el mejor fútbol, ausente por ahora, vuelva muy pronto al Perú».

Vladimir Fiori Zumaeta, jefe de informaciones de “Líbero”, hincha de Sporting Cristal no se guardó nada. Y me dijo: “¿Qué hacer con la pelota? No concibo la justificación de una derrota en la expiración del partido imputando culpas a la presión y adopto recaudos cuando el director técnico, presuntuoso porque así lo exige el bendito estilo, conceptúa los errores arbitrales hasta el punto de hacernos creer que llegó la hora de enrejarlos por el bien de nuestro fútbol, claro, es oportuno, digamos justo, decirle a Manuel Barreto que la posesión de la pelota revela cierta incapacidad colectiva cuando no se concluye con la eficacia que demanda la estrategia. Ahora, si las individualidades, sobre todo los delanteros y los ofensivos que acompañan, no responden a las exigencias que ensayan como el Padre Nuestro, entonces, es ahí cuando el técnico debe intervenir con la sabiduría que corresponde pero, por desgracia, Barreto no ha podido transformar a Sporting Cristal en un equipo confiable. Y presumo que en sus tres últimos partidos, dos de visita, difícilmente podrá solucionar lo que no hizo en el tiempo justo». 

 

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