¿Qué se hace cuando los niños son utilizados como objetos de presión en las disputas legales de sus padres? ¿Cómo evitar que pequeños indefensos que ya vienen sufriendo por la separación de sus padres, el derrumbe de la vida que conocen, tengan además que vivir el infierno de ser usados por sus propios progenitores para sacar ventaja?.
Esto ya es terrible en realidades anónimas que uno puede reconocer en centenares de matrimonios fracasados, incluso de amigos y familiares. Pero, ¿qué sucede cuándo esos casos son tan mediáticos que se transforman en la “comidilla de la prensa”? Con fotografías y primeras planas de niños que son expuestos a diestra y siniestra.
En estos días la discusión se ha trasladado a la pareja que conformaban Jefferson Farfán y Melissa Klug, siendo la última quien exhibió a sus hijos en un reality como Esto es guerra. Su actual pareja, otro futbolista más en la colección de Melissa (Diego Chávarri) llevó a los niños al set de este polémico show para saludar a su madre por su cumpleaños.
El acto, profusamente criticado en las redes sociales, ha desatado un nuevo capítulo en esta telenovela. Pero, la intención de esta columna es reflexionar sobre las responsabilidades de los adultos. Primero que nada, Melissa Klug. Uno siempre oye de la “mamá leona” que protege a sus niños de cualquier mal. Esta no parece ser la prioridad de la ex de Jefferson Farfán.
Además de organizar una fiesta, propia de una mujer soltera, con montones de parejas provistas de licor (no me imaginó que una casa con niños tan pequeños sea el ambiente propicio para este tipo de celebraciones), permitió que sus hijos sean portadas y titulares de multitud de espacios dedicados al entretenimiento.
Es sabido que la privacidad no es parte del vocabulario de Melissa Klug. Ella no sería conocida si no fuera por sus parejas futboleras. No se trata de una actriz, de una vedette, ni de una modelo reconocida, es mediática por sus parejas y escándalos. Y parece que desea lo mismo para sus hijos.
Esto es guerra y su equipo de producción creen salir bien librados anunciando que ellos pidieron permiso a Jefferson Farfán para mostrar a sus hijos. Bueno, pero uno espera una porción de “sentido común”, ¿por qué mostrar a los menores en un momento tan complicado? La respuesta es pura y descarnada, rating, por el rating hacen de todo.
Ustedes, amigos lectores, ¿recuerdan a la familia de Adolfo Chuimán, de Antonio Salim, de Don Alex Valle? Pues no, porque no eran conocidos, se respetaba la intimidad familiar. Hoy eso ya no existe, los broadcasters les piden a sus reporteros que exhiban hasta la mascota de la “estrellita”, y uno se pregunta ¿Por qué los directores de estos medios no muestran también a sus seres queridos, en ese gran escaparate humano que han creado?.
Foto: La República