Como en los peores tiempos de la confrontación entre poderes del Estado, cuando los fujimoristas reinaban en el Congreso, la interpelación al Ministro de Justicia Vicente Zevallos, devolvió bríos a los parlamentarios pródigos en ataques, epítetos, indignados reclamos y demagogia sobre los aspectos desconocidos del Acuerdo de Colaboración Eficaz con la constructora Odebrecht el mismo que prontamente será homologado por el Poder Judicial. No faltaron las pullas desde fuera, tanto del Presidente Martín Vizcarra contra el Congreso como de los ex PPK contra el gobierno. La exposición de Zevallos fue vista como impecable por Salvador del Solar mientras en el Parlamento la posibilidad de la censura hace su camino. Muchos intereses y temores defensivos juegan en este episodio que amenaza a un Ministro todavía no investido por este Congreso que está en su peor momento, debilitado por terribles escándalos internos.
Doce horas de acalorado debate en un hemiciclo semi vacío dio espacio a figuretismos de quienes aparentan no entender que la colaboración eficaz solamente puede darse en los casos en los que Odebrecht reconoce culpabilidad. Hay muchos más pero a nadie se le puede pedir que colabore en casos en que proclama inocencia y no puede o no quiere aportar información. Todos los casos deberán ser investigados y mientras más culpabilidad se demuestre, aún sin acuerdo de por medio, es evidente que se incrementará la indemnización para el país.
Párrafo aparte merece la “bomba” que presentó Yeni Vilcatoma al pedir la prisión de varios personajes, algunos de los cuales como Marcelo Odebrecht, ya purgan pena en Brasil. Que una denuncia tan disparatada merezca reflectores y primeras planas indica el absurdo mediático y político al que llegamos con el megaescándalo Lava Jato.
Y cuanto necesitaremos a un lúcido pensador del Perú como el profesor Gonzalo Portocarrero, siempre motivado por mejorar nuestra realidad política y social. Profundas condolencias para la familia y el país.