En agosto del 2015 este columnista ya soltaba la hipótesis que en América Televisión (parte del conglomerado empresarial El Comercio) se venía cocinando a fuego lento el final del controvertido reality juvenil Esto es guerra. Hoy a la luz de los meses transcurridos y de algunas extrañas conductas al interior del grupo concentrador me reafirmó en mi decisión.
Esto es guerra no se ha dado un real descanso, ni se ha sometido a una severa reestructuración, dos señales que podrían haber sido percibidas como un real intento de buscarle una solución al programa, darle un nuevo brío, “lavarle la cara”. Esto después de los excesos cometidos por sus integrantes Nicola Porcella -quien fue separado por agredir a Angie Arizaga- y Johanna San Miguel -por agredir con un vaso a un empresario, presa de la influencia del alcohol-.
Lejos de tomarse un providencial “descanso”, Esto es guerra pasó el fin de año con rapidez y ya estrenaba la temporada 2016. Los cambios no parecen haber sido para relanzar el reality, sino para perdurar el escándalo. Nicola Porcella volvió con unas disculpas tan poco convincentes, que nadie se las termina de creer. Y otros empezaron a dejar esta pantalla como Alejandra Baigorrea, que hace apenas unas semanas era parte de la promoción del programa y hoy se fue a Latina.
Incluso, lejos de buscar despercudirse de bochornos televisivos, alimentaron un lío de familia al permitir la exposición pública de los hijos de Melissa Klug y Jefferson Farfán en su set, donde estoy seguro que sabían del golpe de sintonía, pero también del repudio posterior. Nadie en el show pareció preocuparse, lo máximo fue un descargo para indicar que Farfán había dado el permiso. No querían caer en procesos judiciales.
Todo ello me reafirma en mi hipótesis, América Televisión quiere deshacerse de Esto es guerra, eso sí evitando dar la imagen de vencidos ante la competencia, muy posiblemente buscando tranzar con los integrantes que mantienen vínculos contractuales, y dando un golpe mediático en algún futuro próximo, donde señalen que cierran el reality por buscar decencia en la pantalla. Sí así fuera, hace rato hubieran cancelado el espacio y no dentro de unos meses.
Otro factor extraño, es la entrevista a Jely Reátegui, actriz de la telenovela de América TV Ven baila quinceañera, donde emitió durísimas críticas a Esto es guerra (llegó a admitir que verlo le causa náuseas) y descalificó a los “guerreritos” que buscan hacer sus pinitos en la actuación. Las dichosas declaraciones no las hizo Reátegui para un medio de la competencia, las realizó para El Comercio.
¿Pretende El Comercio dar una imagen de pluralidad?. No me como ese cuento. Me parece un nuevo ardid para ir minando su propio reality show. Vuelvo a sostener mi opinión, a Esto es guerra la han declarado justamente eso, “la guerra”. Y lo malo para ellos, es que el “enemigo está en casa”.
Foto: Radio Panamericana