-Todo periodismo pasado… ¿fue mejor…?
Con alguna frecuencia un puñado de notables periodistas se reúne para conversar sobre lo que mejor saben por experiencia, esto es, el periodismo. Todos peinan canas, están jubilados y tienen muchas historias que contar de reportajes arriesgados, dramas estremecedores, primicias, entrevistas imposibles, aventuras editoriales, colegas desaparecidos, y disfrutan de las anécdotas que todo veterano periodista tiene de sobra para contar.
Pero aparentemente tienen un problema: la nostalgia. ¿Una buena definición?
“Los psicólogos afirman que la nostalgia expresa un anhelo del pasado que suele ser poco realista ya que se encuentra idealizado. Esto quiere decir que el sujeto siente nostalgia por algo que nunca es del todo real”. (https://definicion.de/nostalgia/)
Por eso es que se molestaron mucho cuando yo afirmé en una entrevista un rotundo: “A mí no me vengan con el cuento de que el periodismo de antes era mejor” y agregué que el periodismo de hoy es largamente superior al pasado. Debo añadir que no puntualicé a qué me refería con el “pasado” pues eso tiene muchos años, muchas etapas… que valdría la pena examinar con más cuidado.
Cuando mis queridos colegas insisten en el pasadismo, debemos preguntarnos ¿era mejor el periodismo de los años 20 y el Oncenio, el de los años 30 y el fascismo, el de los años 50 y el anticomunismo y antiaprismo, el de los 60 en que nacen Expreso y Correo, el de los 70 y los militares, el periodismo del retorno de los 80 y el Diario Marka? ¿De qué periodismo estamos hablando?
Por supuesto, el periodismo de los años 90 está excluido de la charla… por razones elementales de decencia.
Quizá prefieren tocar solamente el periodismo de los periodistas estrellas de todas aquellas épocas, apartando sus trayectorias de la política y el compromiso, relevando sus hazañas, sus entrevistas, columnas, campañas.
O sea, que tenemos que avanzar hacia una buena definición de lo que nuestros colegas consideran “buen periodismo”. Pero yo no me atrevo ahora al ejercicio intelectual que supone componer la definición de “buen periodismo en el Perú” porque se merece un esfuerzo mayor que este modesto blog.
La verdad es que nunca fue fácil ser periodista en nuestro medio y en esto deben concordar los nostálgicos. Con excepciones notables, los periodistas de la zona que yo llamo “la infantería” que es la que verdaderamente construye una publicación, somos todavía como gitanos, yendo y viniendo, sujetos a los vaivenes de la política, del mercado.
Pero persistimos en nuestra vocación temprana y en lo que a mí respecta, prefiero hoy y el futuro, guardando el debido respeto al pasado –como consta en la docena de libros que le he dedicado.