En un reciente artículo de María del Pilar Tello, titulado, “La Marcha de los suyos”, ella sostiene que: “La Marcha de los Cuatro Suyos fue la manifestación política no electoral más grande de la historia. Miles de peruanos venidos de todos los rincones se congregaron el 27 de julio del 2000, para protestar contra Alberto Fujimori y su ilegítimo tercer mandato. Las calles de Lima se llenaron de todos los rostros, de todas las voces y de todas las banderas, cantando y agitando lemas unidos en una sola demanda ¡Democracia, ya!».
Más aún, María del Pilar le pone los puntos sobre los ies a Alejandro Toledo cuando, indignada, escribe: “… es inadmisible que hoy un desconocido Alejandro Toledo caricaturice esa gesta pretendiendo apropiarse de un espíritu muy lejano a la defensa de intereses subalternos, como los del tristemente famoso caso Ecoteva y menos aún que crea que haya gente que podría seguirlo para presionar al Poder Judicial para que archive las acusaciones que lo afectan”.
Felicito a María del Pilar Tello por este reciente artículo suyo, por hablar claro y con valentía.
Asimismo, por haberme traído hondos recuerdos, de los cuales un vasto número de peruanos debemos sentirnos orgullosos, me refiero a todos los que de una u otra manera hicieron posible la caída del fujimontesinismo, sin excepción alguna.
En este breve texto, deseo referirme a los que iniciamos una lucha, desde cero, a fin de unir, en primer lugar, a los partidos políticos que estaban en contra del segundo gobierno de Fujimori y Montesinos, comenzando con pacificar las intensas luchas que habían dentro de los partidos y entre los partidos, luchas que se daban por recriminaciones mutuas respecto a quiénes eran los culpables del arribo del fujimontesinismo al Perú, que ese entonces, entre otras cosas, separaba a los militantes y simpatizantes de los partidos políticos.
Y, en segundo lugar, para, que, una vez unidos los partidos, lograr el retorno de la democracia e instalar por la vía electoral un gobierno de unidad nacional, democrático, eficiente y justo, y no de capitalismo salvaje, tal como sucedió en Chile, país en el que una alianza de partidos trajo abajo a Pinochet, experiencia que tuvimos ocasión de aprovechar cuando algunos de nosotros viajamos a Santiago y hablamos con gente del “No” a Pinochet, para aprender de ellos.
El grupo inicial fue debidamente organizado. Fernando Belaunde Terry designo al representante de Acción Popular, por la DC vino su secretario general, y así sucesivamente, con otros partidos.
Varios de los que empezamos esta lucha por el retorno de la democracia al Perú ya no están presentes, los extrañamos de corazón y deben ser recordados por la historia, debidamente, comenzando con Gustavo Mohme Llona, a quien le pedimos, un día del año 1996, que sea el Coordinador de todos nosotros, representantes dela mayoría de partidos peruanos.
La reunión se realizó a iniciativa de Armando Villanueva, en la casa de Judith de la Matta, en cuya casa ella y su familia habían protegido la vida de Alan García en 1992, luego del golpe fujimontesisnista.
En esta reunión, a la que asistieronArmando Villanueva, Judith de la Matta, María del Pilar Tello y quien estas líneas escribe, Gustavo Mohme aceptó nuestro pedido. Al finalizar la reunión y en un breve aparte, Gustavo Mohme me dijo, con la sinceridad de siempre: “Tocayo, he aceptado la responsabilidad de ser el Coordinador de esta lucha, aunque no estoy seguro si estaré con ustedes, cuando llegue el día de la victoria».
Hoy, él no se encuentra entre nosotros, pero vive en nuestros recuerdos, al igual que Valentín Paniagua, Alfonso Barrantes, Pocho” Tantaleán, y Javier Diez Canseco, entre otros.
A mi tocayo “Gustavo” lo amenazaron infinidad de veces, le robaron su camioneta e intimidaron por teléfono a algunos de sus seres queridos. A María del Pilar, le robaron su WV y pusieron agentes de inteligencia en las esquinas que circundan su casa para filmar nuestra llegada a las reuniones de los sábados e inventar con ello “un complot”, que la prensa sumisa de aquel entonces publicó.
A Javier diez Canseco le incendiaron su camioneta, por quinta vez, y al chofer que la manejaba le dieron un tiro de bala en la pierna. El se salvó, porque pocos minutos antes bajó de la camioneta para hablar con Carlos Estévez, en su casa en Miraflores.
A mí me asaltaron con armas de fuego, cuando estaba ingresando con mi carro a mi casa, un 16 de marzo de 1997. Fueron cuatro ‘paramilitares” y aunque me dispararon 9 balazos que tuve que repeler, salí prácticamente ileso, al igual que mi esposa e hijo mayor que me acompañaban. Pero me costó tener que alejarme del país en 1977, con mi esposa Dora y mis tres hijos, Gustavo, Carlos y Alberto. Y tener que reinventarme en Chicago, ciudad cuna de la lucha por las ocho horas de trabajo.
Muchos no creen esta historia, dicen que son mentiras. Pero la prensa la tiene registrado. Una nota del diario El Comercio del día 23 de marzo de 1997 dice que, según una fuente de la PNP, los proyectiles que habían usado para atacar a Javier Diez Canseco coinciden con los que usaron los sujetos que me atacaron. Más claro ni el agua.
Nos fuimos las únicas víctimas, muchas de las personas que se oponían al gobiernofujmontesinista, fueron, así mismo, atacadas, entre ellas, Ricardo Nugent, Presidente del Tribunal Constitucional, que fue emboscado con armas de fuego en Los Olivos; Blanca Rosales, Editora del diario La República, que fue secuestrada y le hicieron la ruleta rusa; Delia Revoredo, que fue intimidada, a punto de tener que refugiarse en una Embajada; y el General Robles, que fue secuestrado por las denuncias que realizó y que tuvo que refugiarse también en otra Embajada, entre otros ataques más, hechos que fueron denunciados por el Editorial del diario El Comercio, del día 8 de abril de 1997, al tiempo que pedía al Congreso, que se realice una investigación al respecto.
Mi alegría política fue muy grande cuando Gustavo Mohme me envió a Chicago el borrador de un acuerdo de gobernabilidad, y posteriormente, en noviembre de 1999, cuando convocó a todas las fuerzas políticas de oposición a firmar el “Acuerdo de Gobernabilidad” para fortalecer la democracia y enfrentar al fujimorismo. Poco tiempo después, se nos fue.
El resto es historia conocida.
Por todo ello, Alejandro Toledo, toma consciencia de la historia y no utilices mal el significado de lo que fue: “La Marcha de los Cuatro Suyos”.
*El Dr. Gustavo A. Saberbein ha sido catedrático en la UNMS, fundador de uno de los primeros centros privados de investigación económica y formulación de políticas públicas en el Perú, consultor económico de organismos internacionales y Gobernador del Banco Mundial. Asimismo, Profesor Asociado y Vicepresidente de la Universidad san Agustín en Chicago. Actualmente se desempeña como Consultor Económico y Conferencista en EE.UU.