ROMA / NAIROBI – Casi una de cada 11 personas en el mundo y una de cada cinco en África pasan hambre todos los días, una crisis impulsada principalmente por la desigualdad crónica, el cambio climático, los conflictos y la inestabilidad económica. Al ritmo actual, las tasas de hambre y pobreza extrema muestran pocos indicios de reducirse drásticamente para 2030.
Durante la sesión anual del Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida), el rey Letsie III de Lesoto, campeón de Nutrición de la Unión Africana; Julius Maada Bio, presidente de Sierra Leona; Álvaro Lario, presidente del Fida, y Dayana Dokera Domico, activista juvenil indígena y líder del pueblo emberá, hablaron sobre la búsqueda de soluciones en un contexto de alianzas globales, prioridades y financiamiento para el desarrollo cada vez más inciertos y complejos.
«Hay cientos de millones de personas en pobreza extrema. Es fundamental que sigamos trabajando juntos en una acción colectiva respaldada por gobiernos, instituciones financieras de desarrollo, bancos multilaterales de desarrollo y bancos públicos de desarrollo”, afirmó Lario.
Para el presidente del Fida, “es muy importante seguir invirtiendo en la creación de comunidades rurales estables como base para la estabilidad global. Al mismo tiempo, una agricultura productiva significa menos hambre». Igualmente, se requiere buscar colectivamente formas de catalizar inversiones.
Como fondo mundial para la transformación de la agricultura, las economías rurales y los sistemas alimentarios, el Fida centra su labor en quienes suelen quedar rezagados, apoyando a las poblaciones rurales vulnerables.
A menudo denominado «el último eslabón», el Fida considera que las zonas rurales son en realidad el primer eslabón, ya que es allí donde los pequeños agricultores cultivan los alimentos que nutren al planeta.
Celebrada el 12 y 13 de febrero, la 48ª sesión del Consejo de Gobernadores del Fida, su principal órgano de toma de decisiones, reunirá a jefes de Estado, ministros, altos representantes de instituciones financieras internacionales y bancos multilaterales de desarrollo, representantes de pueblos indígenas y otras comunidades rurales de todo el mundo para impulsar inversiones destinadas a la población rural.
«El hecho de que estemos en presencia de jefes de Estado, ministros de gobierno, líderes de bancos multilaterales de desarrollo e instituciones financieras demuestra una creencia compartida en la misión del Fida y, más aún, en la importancia de abordar la inseguridad alimentaria, el hambre, la desigualdad y la pobreza, que en un 80 % se concentran en las zonas rurales. Es fundamental que estas inversiones generen impacto», enfatizó Lario.
Con cuatro de cada cinco personas en pobreza extrema viviendo en áreas rurales de países del Sur en desarrollo, los líderes resaltaron que enfrentar los desafíos del desarrollo agrícola y rural requiere una acción renovada, un enfoque estratégico, pensamiento innovador e instrumentos financieros acordes con la creciente magnitud de los problemas globales.
«Para abordar adecuadamente los desafíos urgentes que enfrenta África, en particular el sur del continente, debemos centrarnos en impulsar nuestro propio desarrollo mediante estrategias de nutrición sostenibles”, explicó el rey Letsie III, de Lesoto.
Añadió que “las recientes sequías que han afectado a la mayor parte, si no a toda, nuestra región ha agravado la inseguridad alimentaria, y sospechamos que millones de personas enfrentarán hambre en este año 2025».
«Sin embargo, en respuesta a algunos de estos desafíos, la Declaración 2025 de la Unión Africana enfatiza la importancia de la nutrición en el desarrollo agrícola, destacando la necesidad de invertir en sistemas agroalimentarios que fomenten dietas saludables».
En enero, los líderes africanos adoptaron la Declaración de Kampala 2025, que establece la estrategia de sistemas agroalimentarios de la Unión Africana para los próximos 10 años.
Esta declaración resulta crucial y oportuna, ya que en 2024 más de 40 millones de personas en África occidental y central sufrieron inseguridad alimentaria. Nigeria, Camerún y Chad fueron los países más afectados, mientras que Malí, Sudán y Sudán del Sur enfrentaron una crisis alimentaria aguda de carácter catastrófico.
Ante una sequía devastadora en el sur de África y una desnutrición persistente en el continente, el rey Letsie III ofreció una perspectiva única sobre el enfoque de su país para abordar la inseguridad alimentaria.
En julio de 2025 se declaró un «estado de desastre nacional por inseguridad alimentaria» y se estima que más de 400 000 personas enfrentarán niveles críticos de hambre aguda hasta marzo de 2025.
Desde su experiencia liderando un país que ha pasado de una guerra civil de una década a la estabilidad, Bio, el presidente de Sierra Leona, destacó la importancia de aprovechar la autodeterminación, el diálogo y la cooperación, incluyendo el apoyo de instituciones financieras de desarrollo sólidas como el Fida.
También resaltó la necesidad de buscar nuevos socios internacionales para obtener los recursos que permitan consolidar la agricultura como pilar de la economía.
«Para hacer crecer nuestra economía, debemos impulsar una transformación profunda en ese sector. Para poder atender el crecimiento demográfico juvenil, que es una bendición, pero también podría convertirse en un problema, debemos embarcarnos en una revolución agraria exitosa, o en una transformación, como ya hemos comenzado”, dijo Bio.
Y prosiguió: “Para enfrentar la inseguridad alimentaria, que se ha agravado debido a las tensiones geopolíticas y a las múltiples crisis que hemos tenido que soportar, es fundamental lograr una transformación exitosa en la agricultura».
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Como indígena colombiana, Domico hizo un llamado a la inversión para erradicar el hambre y la pobreza, promoviendo soluciones equitativas impulsadas por las propias comunidades indígenas. Estas inversiones deben permitir que las comunidades se adapten al cambio climático, respeten el conocimiento tradicional indígena y protejan la biodiversidad y los recursos naturales.
«En casi todos los casos, se nos han impuesto parámetros, estándares y protocolos. En muchas ocasiones, incluso hemos tenido que recurrir a los tribunales superiores y a su jurisprudencia para diseñar e implementar enfoques diferenciales legítimos que permitan un diálogo intercultural e inter-científico—horizontal y respetuoso—para que las políticas públicas sobre alimentación y nutrición continúen privilegiando el conocimiento tradicional”, afirmó la lideresa del pueblo emberá.
Enfatizó que “tenemos nuestro propio sistema de conocimiento, que también es válido y que nos ha permitido vivir y sobrevivir a lo largo del tiempo».
Los ponentes subrayaron que el hambre y la pobreza están más arraigados en las zonas rurales de los países en desarrollo, donde vive casi la mitad de la población mundial. Sin embargo, los pequeños agricultores producen un tercio de los alimentos del mundo y 70 % de los alimentos consumidos en los países de ingresos bajos y medios.
A pesar de su importancia estratégica, las zonas rurales sufren de una inversión crónicamente insuficiente.
El presidente del Fida destacó la necesidad de generar condiciones que atraigan inversiones del sector privado, ya que la asistencia oficial para el desarrollo o el financiamiento público por sí solos no serán suficientes.
Para ello, es fundamental desarrollar infraestructura clave, como carreteras terciarias en zonas rurales y pequeñas represas que respalden actividades de riego, recalcando la importancia del trabajo conjunto para lograrlo.
«Como institución financiera de desarrollo, es aún más importante que actuemos como catalizadores y que apoyemos a los gobiernos y, en especial, a las organizaciones de agricultores y pequeños productores para que puedan impulsar su propio desarrollo”, dijo Lario.
Por ejemplo, entre 2019 y 2021, citó que “las inversiones financiadas por el Fida aumentaron los ingresos de 77 millones de personas en zonas rurales y mejoraron la seguridad alimentaria de otros 57 millones. Es esencial demostrar el impacto de estas inversiones».
En términos generales, las discusiones de los líderes mundiales en el Consejo de Gobernadores también contribuirán a los diálogos globales en la cuarta Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, la Cumbre de Nutrición para el Crecimiento, las próximas reuniones del Grupo de los Siete y el Grupo de los 20 y la implementación de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza.
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